La planta Productora El Símbolo, propiedad de C.A. Sucesora de José Puig & Cía, fabricante de diversas líneas de galletas y otros productos, fue destruida por un incendio que se desató en la madrugada de este lunes 8 de julio y que, presuntamente, afectó toda la infraestructura productiva en un área de 1.200 metros cuadrados.
Según información divulgada por el portal periodístico El Pitazo, el siniestro supuestamente fue causado por un artefacto explosivo -otras fuentes hablan concretamente de una granada- que pudo haber sido colocado por una banda de delincuentes de la zona de Las Tejerías, estado Aragua, que había amenazado a los gerentes y empleados de la compañía con represalias si no recibían una «vacuna» para mantenerse funcionando.
A la hora de cierre de esta nota, no estaban claras las causas del suceso y se estaba procediendo a una «investigación».
El presidente de la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria), Adán Célis, destacó el problema del cobro de vacunas como una de las principales amenazas para la industria en el estado Aragua, que, en otro tiempo, fue uno de los principales polos de manufactura en el país.
La empresa Puig está establecida en Venezuela desde 1911, y cuenta con tres plantas productivas en el país, incluyendo la unidad siniestrada; una en Caracas y en otra en Cagua, también en jurisdicción del estado Aragua. En su página web, José Puig & Cía indica que tiene la capacidad de surtir 30% del mercado de galletas en el país y habla de una nómina de 1.300 empleados.
La compañía es la fabricante de la tradicional Galleta María, que ha actualizado con nuevas presentaciones, galletas de soda y otros productos como obleas. La organización señala que exporta su producción a 11 países.
Sin embargo, informaciones publicadas en 2015 indican que en la planta incendiada laboraban 600 trabajadores y se producían 40 toneladas por día de Galletas María, Katty y obleas.
La situación real de esta veterana organización, a la luz de la crisis productiva que vive el país, debe ser difícil y ahora el incendio de una de sus principales plantas, indudablemente, coloca un signo de interrogación sobre su continuidad.
El Pitazo