Es difícil creer que en un país donde el béisbol acapara todo el protagonismo en el ámbito deportivo, se esconda una historia apasionante por otra disciplina que está en las antípodas de la pelota caribe. El relato se remonta a algún tiempo atrás, cuando el automovilismo y las carreras de fórmula, ocupaban un puesto importante en Venezuela.
Después de la Segunda Guerra Mundial, con la llegada de los inmigrantes al país, se desarrolló un movimiento automovilístico en donde pilotos y mecánicos de distintos países se reunieron para competir en los circuitos venezolanos. La emoción y la adrenalina llenaban a los que practicaban este deporte y de la misma manera a sus seguidores, escuderías de todo el mundo se agrupaban aquí para llevar a cabo carreras muy importantes como la Buenos Aires-Caracas, el circuito Los Próceres donde se disputaba el Gran Premio de Venezuela, la Caracas-Maracaibo-Caracas y la mítica Fórmula Ford.
Pero no se puede hablar de automovilismo, sin antes saber quién es Ernesto Piovesan. Pionero de este deporte, principalmente en el área de la mecánica; es el responsable del primer vehículo de carreras construido en su totalidad en territorio nacional. Además de ser reconocido como uno de los mecánicos y preparadores más influyentes de Venezuela y otros países, actualmente trabaja, a sus 86 años de edad en su taller, como asesor autorizado por la Ferrari-Maserati para el servicio de estos vehículos.
“Piovesan” es un documental biográfico deportivo, cuya intención es dar a conocer la historia de este importante personaje, reconociendo su influencia como figura dentro de este deporte. Entrevistas, imágenes propias y de archivo, además de testimonios, son algunos de los elementos utilizados para exponer cómo la pasión y la adrenalina en algún momento ocuparon un lugar importante en las calles y pistas de toda Venezuela.
Fuente: Prensa Blanca Piovesan
