En Rumanía la madre de uno de los presuntos ladrones de pinturas que fueron robadas del Museo de Arte de Rotterdam en 2012, asegura que quemó los lienzos en un horno.
Según la mujer, después de que en enero de 2013, se enterara de que su hijo había sido detenido, decidió destruir toda la evidencia del robo. El valor estimado de las pinturas quemadas es de unos 100 millones de euros.