La especulación sobre un posible levantamiento de sanciones genera un debate sobre la capacidad del país para aumentar la producción.
El sector petrolero y las exportaciones de Venezuela se han visto agobiados durante mucho tiempo por las sanciones económicas, la falta de inversión crónica y el deterioro de la infraestructura, que han mermado tanto la capacidad de producción como los volúmenes de exportación.
Por Simon Ferrie en Petroleum Economist
Pero las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania han dejado a las naciones occidentales luchando por obtener crudo adicional, por lo que una visita reciente a Caracas de funcionarios de la administración Biden generó especulaciones de que Estados Unidos podría llegar a un acuerdo con Venezuela para aflojar las restricciones sobre sus barriles.
Las sesiones informativas de prensa posteriores del Departamento de Estado eludieron las preguntas sobre el crudo venezolano y, en cambio, afirmaron que la misión diplomática se trataba de asegurar la liberación de los ciudadanos estadounidenses detenidos e “instar al régimen de Maduro… a restaurar la democracia”.
Sin efecto en el corto plazo
La administración Biden se ha alejado de un cambio de estrategia sugerido y, por lo tanto, «nuestra opinión actual es que es poco probable que EE. UU. ponga fin de manera significativa a las sanciones que afectan las exportaciones de crudo venezolano en el corto plazo», dice Joseph Gatdula, jefe de análisis de petróleo y gas en firma de investigación Fitch Solutions.
Alternativamente, las sanciones podrían levantarse gradualmente, particularmente porque el gobierno venezolano querrá presionar por un acuerdo permanente. Por lo tanto, el marco de tiempo potencial es incierto.
Cualquier cambio en la política de EE. UU. “que pueda afectar la producción [venezolana] no sería inmediato y llevaría algún tiempo implementarlo”, señala Omar Ríos, analista de investigación de la consultora Welligence Energy
650.000bl/d: pronóstico de producción de Fitch para 2022
Petróleo para el pago de deudas a socias
Pero Gatdula ve otra forma potencial en la que aún podrían llegar más barriles venezolanos al mercado, incluso sin un acuerdo. “Múltiples IOC que tienen empresas conjuntas con [la estatal] Pdvsa han solicitado autorización de los EE. UU. para cargamentos de crudo desde Venezuela para satisfacer la deuda existente y los pagos de dividendos atrasados. Estados Unidos podría permitir estos cargamentos de casos especiales limitados… sin necesidad de revertir las sanciones”, le dice a Petroleum Economist .
Sin embargo, quedan dudas sobre la capacidad de Venezuela para aumentar la producción y las exportaciones, y faltan datos precisos sobre las capacidades de Pdvsa. Sin embargo, es posible que la producción del país, muy disminuida, ya tenga una tendencia al alza.
La OPEP calculó la producción y las exportaciones de crudo de Venezuela en 568.800bl/d y 486.800bl/d respectivamente en 2020, mientras que las cifras de la OPEP para febrero de este año, basadas en fuentes secundarias, sitúan los volúmenes en 680.000bl/d. Por otro lado, Fitch pronostica que la producción promediará 650.000bl/d este año.
Diluyente iraní
La consultora Rystad Energy evalúa la producción actual aún más, en 800 000-850 000 bl/d, citando un aumento a fines de 2021 luego de la importación de diluyente iraní, que elevó la producción en 200 000-250 000 bl/d. Venezuela podría agregar potencialmente otros c.200.000-250.000bl/d además de eso, más otros 50.000-70.000bl/d de campos de crudo más pesado, sugiere Rystad.
A más largo plazo, el país podría elevar la producción a c.1,1-1,15 millones de barriles diarios en un plazo de 3 a 6 meses, continúa la consultoría. Y la capacidad de boca de pozo podría ser aún mayor, a 1,5 millones de barriles diarios, sin tener en cuenta los daños a las instalaciones y suponiendo que los datos de la plataforma de 2020 fueran precisos, dice Rystad.
“Sería difícil ver a [Venezuela] capaz de aumentar la producción de manera rápida y sostenida” Rios, Welligence
Pero otros son más pesimistas sobre el potencial de Venezuela para aumentar la producción, con Fitch estimando que el país “podría aumentar la producción hasta en 300.000bl/d en el corto plazo, pero esto dependería de nuevas inversiones que respalden nuevas perforaciones y la reparación de infraestructura esencial requerida para diluir el crudo pesado a grados exportables”.
Y en un escenario donde las exportaciones están permitidas, pero la inversión extranjera permanece silenciada y las sanciones siguen vigentes en términos generales, el país podría agregar solo 100.000-200.000bl/d, «basado en las limitaciones aguas arriba debido a la falta de perforación de desarrollo y la falta crónica de mantenimiento”, dice Gatdula.
La producción de Caracas se mantendrá “muy por debajo de 1 millón de barriles diarios hasta 2031”, pronostica Fitch.
La infraestructura de Venezuela “está hecha jirones”, dice Ríos, con pocas empresas disponibles para ayudar a cambiar la situación “dadas todas las restricciones, así como los problemas con los pagos del NOC o los operadores… sería difícil ver [Venezuela] capaz de aumentar producción de manera rápida y sostenida”, concluye
Morfema Press