La pandemia destruyó empleos y redujo la actividad económica de los países, pero se espera que este año, la tendencia cambie. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, FMI, después de tocar fondo, todos los países de la región verán un repunte, menos Venezuela, que no solo no crecerá, sino que irá marcha atrás.
“Estamos hablando del 30% de la economía, esto es tremendo. Son números que, generalmente, como analistas solemos ver solo en países que están, por ejemplo, en guerra”, asegura, el doctor Francisco González, profesor de la Universidad de Johns Hopkins.
La experiencia afirma que con la reactivación de la actividad económica, los países productores de petróleo volverán a gozar de precios altos. Venezuela produce cerca de 500.000 barriles diarios de crudo, pero expertos consideran que, aún así, no se beneficiará del eventual incremento en los precios porque los barriles que se producen no generan caja.
Gran parte de producción petrolera venezolana comprometida con empréstitos
“Una parte de esos barriles, lamentablemente, están comprometidos con empréstitos a Rusia, especialmente a China que se le deben todavía 13.000 millones. Los créditos con Rusia están prácticamente saldados, pero con China son 13.000 millones”, explica, Leonardo Buniak, economista y calificador de riesgo.
Ante la dificultad para generar nuevos ingresos vía petróleo, el Gobierno de Nicolás Maduro se ha mostrado dispuesto a atender solicitudes del sector privado, en aras de mantener sus operaciones. Por esta razón, Maduro emitió un decreto que según él, está dedicado a “apoyar a los comerciantes, a los pequeños y medianos productores, los industriales, las industrias mejor dicho, a los trabajadores y trabajadoras y he firmado el decreto que será publicado”, dijo Maduro en una intervención televisada. Una de las medidas es un bono de apoyo a los trabajadores de las empresas del sector privado.
Pero, si se estima que el sector público no tiene la capacidad de generar crecimiento ¿cómo se sostiene la economía venezolana?
La respuesta de Leonardo Buniak es que hay sólo dos maneras: “por un lado, un sector privado que ha comenzado a reemplazar al sector público, que está comenzando a exportar productos no tradicionales; pero por otra parte, por la aparición de una economía subterránea, de una economía de sombra, de una economía oscura, básicamente, que se deriva de procesos ilícitos de legitimación de capitales, de lavado de dinero”.
Aunque la relación de Maduro con Rusia y China es cercana, ninguno de los dos países parecen estar ganados a la idea de financiar a Venezuela en este momento.
“Los chinos dejaron de seguir financiando al mismo ritmo al país. Rusia, al igual que Venezuela, viene arrastrando una crisis económica fuerte debido a que, igual que Venezuela, su motor externo son el petróleo y el gas natural, que como sabes se fueron al piso”, asegura el profesor Francisco González.
A juicio de los expertos, sin renta petrolera, sin financiación externa y con un sector privado débil, el futuro pospandemia de Venezuela luce más cuesta arriba.
VOZ DE AMÉRICA