Tener relaciones sexuales puede hacernos sentir genial, pero nuestra felicidad aumentará más, si cabe, cuando sepamos o creamos que practicamos más sexo que la gente que nos rodea. Al menos, ésta ha sido la curiosa conclusión de un nuevo estudio.
Lógicamente, hablamos de términos estadísticos, lo que significa que la tendencia social es ésta, si bien cada individuo puede o no compartir estos comportamientos generales. En este caso, el resultado de la investigación de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, viene a confirmar que nos comparamos con amigos, vecinos o conocidos para estar mejor o peor.
En cuestión de sexo, de acuerdo con este trabajo, cómo les vaya a los demás o, mejor dicho, lo que nos cuenten al respecto, influye directamente en la relación que existe entre la frecuencia de las relaciones sexuales y la felicidad, objeto de estudio del estudio.
Más felices o infelices
Pero, que el simple hecho de pensar que tenemos relaciones con más frecuencia que los demás nos satisfaga, también implica lo contario, mostrándose infelices quienes pensaban que tenían menos sexo que sus iguales, concluye la investigación titulada Sexo y la búsqueda de la felicidad: Cómo la vida sexual de otras personas está relacionada con nuestro sentido del bienestar.
A partir de datos obtenidos de una encuesta nacional que analiza tendencias desde los años setenta, los investigadores hallaron que a mayor frecuencia más satisfacción o felicidad, así como la relación inversa de felicidad o tristeza vinculadas a la práctica de quienes nos rodean.
¿Esto quiere decir que nos alegra la desdicha ajena? Puede verse así, pero también desde el sentimiento de privilegio, de sentirse afortunados por tener más de algo deseado que podríamos considerar un recurso escaso o valioso.
La influencia de los demás es clave. Por ejemplo, si las personas de un grupo de iguales practican sexo con una frecuencia de dos o tres veces al mes, pero piensan que piensan que están teniendo más sexo (pongamos una vez a la semana), la posibilidad de sentir una felicidad concreta se reducirá alrededor de un 14 por ciento. Sin duda, somos un animal social.
Fuente: Sexólogos
