Probablemente este momento, sea uno de los más difíciles de nuestra vida ¿por qué? Porque pasan mil pensamientos en nuestra cabeza, pero ¡ninguno de ellos debería estar ahí!
Este proceso debe disfrutarse y dejar salir toda aquella pasión que se tenía guardada; sin embargo, no siempre es posible dejar nuestra mente en blanco y dejarnos llevar, pues aparecen pensamientos como estos…
Que esto nunca termine. Son minutos y minutos de jugueteo para poder llegar al tan anhelado clímax, es por eso que cuando por fin llegamos a él lo único que pasa por nuestra mente es que ¡dure mucho más!
¿Él ya va a terminar? Nosotras estamos en pleno disfrute, pero no podemos ser envidiosas, así que nos preocupamos un poco pensando en si nuestra pareja ya está alcanzando su final feliz.
Disfrútalo. Mientras vamos sintiéndo como nuestra zona íntima se contrae de excitación, lo único que pasa por nuestra mente es: que bien se siente, así que ¡disfrútalo!
Pensar en alguien más. No tiene absolutamente nada de malo que nuestra mente imagine un poco como… ¡Qué bien lo haces Brad Pitt! Se vale soñar, ¿no?
Dar señalamientos. Una vez que lo hemos conseguido, lo único que podemos decir es arriba, abajo, al centro, a la derecha, mejor regresare a la izquierda. Nos convertimos en todo un manual de señalamientos, obvio ¡queremos que el placer no termine!
¿Tú, en que piensas mientras estás alcanzando el orgasmo?
Fuente: Veintitantos
