«Cuanto más grande es el pene, más viril es su portador». «El tamaño del pie es directamente proporcional al del pene». «Los hombres de baja estatura tienen pene más largo». «Masturbarse con mucha frecuencia puede alargar o incluso curvar el pene». Y si sigo recopilando frases de la mitología urbana sobre el tamaño del pene, tengo para unas cuantas líneas más.
La pregunta por el tamaño del pene es antigua, recurrente y a veces obsesiva. ¿El tamaño es importante?, es la frase que a toda hora aparece en mi consultorio, en mis programas de radio y televisión, así como en las redes sociales. Y la respuesta parece que nunca satisface ni termina de cerrar. ¿Por qué será? Creo que en principio porque está mal planteada. Definitivamente el tamaño sí es importante para las mujeres –si pensamos en las relaciones heterosexuales-, lo cual no quiere decir que necesariamente el pene debe ser algo inmenso y descomunal. Para algunas mujeres, quizás la mayoría, una medida dentro de los estándares es más que suficiente para disfrutar del coito vaginal y otros juegos eróticos que involucran al pene como por ejemplo sexo oral.
Paréntesis: ¿cuál es la medida normal del pene? (seguro tú te lo estás preguntando). En el hombre de raza blanca, la longitud promedio del pene en estado de erección ronda los 15 centímetros, y en la mayoría de los casos se ubica entre los 13 y los 17 centímetros. El diámetro correspondiente está entre los 3 y los 4 centímetros. Otras mujeres, consideran que con un pene que excede esas medidas normales pueden gozar mucho más. Manifiestan que por un lado el aspecto visual del pene grande les resulta excitante, y que en el coito las sensaciones son más intensas. Además, perciben a estos hombres superdotados como más viriles, lo que por supuesto no es una regla general sino más bien una deducción arbitraria.
Pero miremos el otro lado del tema que estamos discutiendo. Si el pene es demasiado grande, tanto en largo como en ancho, puede producir serias dificultades en la medida en que el acto sexual se torna doloroso y difícil de consumar. Es necesario un juego previo a la penetración que sea bien prolongado, una lubricación abundante y quizás la ayuda de lubricantes artificiales. Las prácticas del sexo oral o el coito anal podrían ser arduas o quizás imposibles. De hecho he recibido consultas de hombres con un pene grande, angustiados por los problemas prácticos que tienen en sus relaciones sexuales, y que quieren buscar orientación para que ellos y sus parejas disfruten.
Pienso que la idea de que “cuanto más grande mejor” como generalización es falsa, y un mito sexual que todavía no podemos quitarnos de encima y produce malestar a millones de hombres en el mundo. Porque, en definitiva, quien más se preocupa por el tema del tamaño es el hombre, no la mujer. El hombre que piensa que en su pene, ya sea en lo referente al tamaño o al rendimiento, está la clave de su virilidad. Y a veces el problema es grave, ya que se convierte en un pensamiento obsesivo que lleva a buscar soluciones mágicas -que desde ya te digo que no existen- para aumentar el tamaño en largo o en grosor. Lo más curioso es que la mayor parte de estos hombres heridos en su autoestima tienen un pene que está dentro de los parámetros normales.
La masculinidad no es un tema de tamaños, sino de actitud ante la sexualidad. Si tienes la capacidad de entender lo que quiere la otra persona, de observar sus reacciones, de buscar juegos eróticos creativos, de seducir, de hacerla sentir bien, de utilizar el poder erótico de tu mente… el resto pasa a un segundo plano.
Fuente: DiscoveryMujer