Cientos de personas corren, se pelean, gritan. Por primera vez en una semana llegó el pollo a la tienda en dólares de Cárdenas, en Matanzas, al este de La Habana.
“Esto da vergüenza. La gente anda violenta. Da pena que estemos en esta situación tan precaria, fajándonos por un trozo de pollo y una libra de aceite”, dijo Carilda Rubio, una anciana de 75 años que no pudo alcanzar pollo. “Se han perdido los valores. Vivimos un sálvese quien pueda”, añadió la mujer vía telefónica.
Rubio dijo que le preocupan los contagios de coronavirus que puedan darse en las filas. “Aquí no hay distanciamiento social. La gente grita y algunos hasta se quitan el nasobuco [la mascarilla]”.
Escenas similares ocurren en toda Cuba, que vive su peor crisis en 30 años y que muchos expertos consideran un nuevo Período Especial, como cuando la isla perdió los subsidios de la extinta URSS en los 90.
La crisis de coronavirus ha golpeado con fuerza al sector turístico cubano. Eso, unido al colapso económico del régimen chavista que subsidiaba buena parte de la economía cubana y a la tradicional ineficiencia de las empresas estatales, ha empujado al gobierno a recortar importaciones, empeorando el ya crónico desabastecimiento de la red de tiendas del estado.
Cuba importa cerca de $2,000 millones en alimentos que los expertos aseguran que la isla podría producir. Las trabas burocráticas de la economía de corte soviético desincentivan a los agricultores, que pierden toneladas de cosecha por la ineficiencia del aparato estatal que controla el comercio y la distribución.
El cierre de aeropuertos debido al COVID-19 y las actuales restricciones de vuelos desde varios países, incluido Estados Unidos, han empeorado el desabastecimiento en la isla, al cortar las fuentes del mercado informal, del cual se abastece una buena parte de la población.
El gobierno dijo que la economía de la isla se contrajo en 2020 en un 11 por ciento, una de las mayores caídas de América Latina, junto a Venezuela.
“En Pinar del Río ayer la cola fue tremenda. Sacaron confituras para los niños, aceite, pollo y jabón. La gente se fue a las manos. No sé a dónde vamos a parar porque además, el coronavirus está acabando”, dijo Raquel Escalona, una residente de esa ciudad del occidente de Cuba.
“Ni siquiera la policía pudo con la gente. Da lo mismo muchas veces que la tienda sea en dólares o en pesos cubanos. Hay una escasez de todo, desde galletas hasta shampoo y jabón”, agregó Escalona, un ama de casa de 34 años.
Escalona dijo que en su familia hay al menos dos casos de escabiosis debido a los problemas para comprar jabón y la falta de medicinas.
EL NUEVO HERALD