Pdvsa ha puesto sobre la mesa opciones para cancelar la deuda que mantiene con el Banco Central de Venezuela a raíz de que el BCV imprime bolívares para que Pdvsa cubra parte de sus gastos.
La deuda, que asciende al equivalente a 42 mil millones de dólares, surgió a través del siguiente esquema: Pdvsa entregó pagarés a la Oficina Nacional del Tesoro y posteriormente el Banco Central compró estos pagarés, que ya están vencidos, bajo la figura de «operaciones de inversión».
El plan de pago que Pdvsa negocia con el Banco Central contempla que la Corporación Venezolana de la Minería, organismo adscrito a Pdvsa, cree un fideicomiso que emitirá títulos valores. Posteriormente el Banco Central adquirirá estos títulos valores, entregando como pago los pagarés de Pdvsa.
De esta manera los pagarés pasarían a mano de un ente adscrito a la propia Pdvsa y el BCV recibiría algo más que papeles cuando los títulos valores expiren y la Corporación Venezolana de la Minería tenga la responsabilidad de cancelarlos.
El flanco legal de la operación considera que el Banco Central puede participar amparándose en el artículo 60 de la ley que lo regula, que textualmente indica que para cumplir sus directrices de política monetaria el BCV «podrá comprar y vender en el mercado abierto los títulos valores y otros instrumentos financieros emitidos en masa que determine a este propósito el Directorio».
Como toda la deuda no puede cancelarse a través de este mecanismo, se estudia una segunda fase donde el oro entra en escena.
En esta fase Pdvsa transferiría al Banco Central parte de los derechos de explotación de oro que recibió mediante el decreto 9.368 del 30 de enero de 2013, a cambio del resto de los pagarés.
El 17 de diciembre del año pasado el Presidente de Pdvsa y vicepresidente del área Económica, Rafael Ramírez, anunció que el Banco Central y Pdvsa crearon una empresa mixta para el negocio del oro donde la petrolera posee 60% y el BCV pasa a ser el encargado de adquirir todas las onzas que se extraigan en el país.
«Pdvsa tiene derechos de explotación por más de 92 mil millones de onzas de oro. Vamos a un relanzamiento del sector oro», dijo Rafael Ramírez, quien no explicó si este paso forma parte del plan de pago de la deuda con el Banco Central de Venezuela.
La brecha
El financiamiento que el Banco Central le hizo a Pdvsa generó consecuencias importantes en la economía.
Cuando Pdvsa tuvo en caja los bolívares que imprimió el Banco Central para adquirir los pagarés, los utilizó para cubrir compromisos como construcción de viviendas y pago a proveedores.
Luego, cuando los bolívares ingresaron a la economía, se dirigieron a la compra de dólares en el mercado paralelo o aumentaron la presión inflacionaria, porque se trató de más billetes detrás de la misma cantidad de productos.
Analistas consideran que la inyección de bolívares que hizo el Banco Central explica, en parte, el aumento sostenido del dólar en el mercado paralelo y la aceleración de la inflación que en 2013 registró un salto de 56,2%, que constituye la quinta variación más elevada desde 1950.
Las perspectivas apuntan a que el Banco Central seguirá imprimiendo bolívares para financiar a Pdvsa o a otras empresas públicas porque el Gobierno tiene una brecha entre ingresos y gastos en el orden de 15% del PIB que difícilmente puede ser cubierta por completo a través de la devaluación, que aporta más bolívares por cada dólar, o el endeudamiento con entidades financieras.
Ecoanalítica proyecta que si el gabinete económico desliza el tipo de cambio a 6,30 bolívares hasta un monto que ronda 11 bolívares por dólar y eleva la tasa del Sicad a una cifra cercana a los 16 bolívares, el Gobierno obtendría un ingreso equivalente a 7% del PIB; una magnitud que aún deja una brecha de 8% del PIB que se cubriría con deuda y emisión de bolívares por el Banco Central.
Fuente: El Universal