Petróleos de Venezuela (PDVSA) no encuentra una solución a corto plazo que no pase por la flexibilización de las sanciones de Estados Unidos, para lograr resolver el problema que afronta en la generación de electricidad de sus instalaciones, tanto en la faja del Orinoco como en el norte de Monagas y el estado Zulia.
La licencia especial que el Departamento del Tesoro le otorgó a la alemana Siemens Energy y a otras empresas para atender labores de mantenimiento eléctrico, resultan insuficientes para inversiones mayores que implican ampliación o reposición de equipos.
Internamente se considera que la opción sería que el llamado socio B en las empresas mixtas, es decir, la compañía transnacional asociada a PDVSA, asuma esa inversión, pero eso pasa también por dos elementos básicos: levantamiento de sanciones y control operacional, justamente por parte del socio, de manera de evitar la injerencia de la empresa estatal a través de su filial de PDVSA Servicios.
A lo anterior se agrega que representantes vinculados a empresas internacionales de servicios de hidrocarburos, han manifestado preocupación por el deterioro de equipos, no solo de generación eléctrica, sino de perforación y sísmica; así como por las condiciones de los taladros, incluso los que se ensamblaron en el país con partes y apoyo de China, lo que hace inviable que en el corto plazo se pueda recuperar la producción.
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