La meta que se puso Nicolás Maduro para 2022 es que Petróleos de Venezuela llegue a producir 2 millones de barriles diarios. Hay que estar claros desde el principio, no es ni siquiera un número remotamente cercano a lo que alcanzó a generar la industria petrolera venezolana antes de que llegara Hugo Chávez al poder y la destruyera con saña y alevosía, además de convertirla en su caja chica.
A finales del año pasado, a pesar de haber celebrado con bombos y platillos que cerró con una producción de 1 millón de barriles diarios, apenas superó los 870.000. Mentiras, como siempre. Sin embargo, hay expertos, como Orlando Ochoa y José Toro Hardy, que atribuyen este modesto aumento en el desempeño de la industria a una vuelta tímida a la costumbre de reinvertir en mantenimiento de las instalaciones petroleras y eso hay que celebrarlo y ¿agradecerlo?
Esto también se debe a otro factor al que sigue apuntando el gobierno chavista y es la asistencia de Irán, que mandó en los últimos cuatro meses de 2021 cargamentos de diluyentes que ayudaron a recuperar un poco la producción en la faja del Orinoco. Lo que sucede es que pronostican que ese material va a subir de precio y demanda para 2022, así que no estará tan disponible como para enviarle a los amigos venezolanos.
“Creo que la asistencia de Irán no da para tanto. La economía venezolana ha ido en picada durante años, no hay seguridad jurídica. La inversión es muy importante. Hay solo un rebote (positivo) de la caída del PIB, que se ha desplomado de manera constante desde 2013”, señaló Toro Hardy.
Así que las metas que impuso Maduro a la devastada industria petrolera nacional correrán la misma suerte que las del año pasado, cuando comenzó pronosticando 1,5 millones, luego tuvo que rebajarla a 1 millón y ni siquiera eso pudo cumplir. Hay que advertir que es una noticia que no alegra a nadie, más bien causa una profunda tristeza en los venezolanos, que siempre estuvieron orgullosos de tener una de las empresas modelo a escala mundial.
Lo que no hay que perder de vista es que los venezolanos también saben quiénes son los responsables de que se haya desplomado de semejante manera. Y no solo eso, sino que todo el dinero que generó en los primeros años del chavismo se los embolsillaron ellos mismos. Esa es la principal causa de la destrucción de lo único que sostenía al país. No solo acabaron con las instalaciones, sino con el valioso recurso humano.
Ahora solo basta pedirle a la providencia que no se pierda del todo y que dejen algo para poder reconstruirla.
Editorial de El Nacional