Patrick Sonderheimer, es otra de las piezas claves en el accidente delAirbus A320 de Germanwings. Se trata del comandante que quedó afuera de la cabina y ya no pudo regresar puesto que el copiloto Andreas Lubitz bloqueó la puerta y, según el fiscal del caso Brice Robin, estrelló el avión contra la montaña.
La grabación de la caja negra, según el fiscal, fue esencial para saber que el comandante reclamó que le abriera la puerta e intentóderribarla por la fuerza ante la falta de respuesta. Pero ya era tarde. Fue él, probablemente, el último que vio a Lubitz y la primera persona en enterarse de que las cosas no iban a salir como estaban previstas.
En el baño
Fue entonces, pocos segundos antes de las 10.31 del pasado martes, cuando se produjo el acontecimiento que Lubitz esperaba. El comandante de la aeronave salió de la cabina para ir al servicio y él se quedó solo. Es a esa hora cuando comienza el descenso. Se sabe que no estaba enfermo ni desvanecido, porque se le oye respirar con normalidad; no hay un solo jadeo, nada que indique nerviosismo, solo una sangre fría inimaginable. La prensa alemana ha publicado hoy que el piloto trató infructuosamente de forzar la puerta de la cabina con un hacha.
«No se puede considerar que fuera un accidente; fue una acción voluntaria del copiloto», insistió una y otra vez el fiscal Robin. El impacto se produjo a una altura de unos 2.800 metros contra un talud, a 800 kilómetros por hora. Tras ese primer choque el avión se vino abajo y se desintegró con los resultados ya conocidos.
Dilatada experiencia
Sonderheimer es otra víctima inocente más. Tenía nada menos que diez años de experiencia y acumulaba más de 6.000 horas de vuelo, la mayor parte de ellas en la matriz Lufthansa, a cuya filial de bajo coste, Germanwings, se había incorporado en mayo de 2014. Anteriormente, había trabajado en la aerolínea Condor. El diario alemán «Bild» precisa que tanto él como Lubitz eran de nacionalidad alemana.
Sonderheimer estaba casado y era padre de dos hijos. Según las las declaraciones de un piloto a «Bild», Sonderheimer era un profesional «muy experimentado, uno de los mejores».
Fuente: abc.es