Al puerto de Victoria en Hong Kong ha arribado alguien muy peculiar. No es un barco, ni un crucero, ni un barquito ni una lancha. Se trata de un patito de goma gigante que ha traído un mensaje de paz y armonía para todos los habitantes.
Este patito es obra del artista holandés Florentijn Hofman y lo ha hecho muy bien porque no ha pasado desapercibido para nadie y ha arrancado más de una sonrisa entre los que se han cruzado con el.
El patito, igual que los patos de goma de las bañeras de los niños pero de dimensiones mucho mayores ha tenido que lidiar con olas de varios metros y fuertes vientos.
Construído en Nueva Zelanda, es un pato aventurero porque ya ha visitado Nueva Zelanda y se quedará en Hong Kong hasta junio en espera de tomar un nuevo rumbo.
Fuente: I21