Desde que se desató el virus del chikungunya y los cuadros febriles en el municipio gasífero en los locales farmacéuticos también se complicó la venta de medidores de temperatura
“Tuve que sabanear todas las farmacias de Anaco para poder conseguir un termómetro y así poder medirle la fiebre a mi niña de 2 años”.
Así se expresó el ama de casa Noris Zerpa, quien dijo que pasó más de siete días recorriendo las farmacias para comprar el producto.
Acusó que desde que llegó el virus del chikungunya a este municipio, se agudizó la escasez no sólo del medicamento acetaminofén (jarabe y pastillas) sino también de los medidores de temperatura.
Zerpa fue a las dos sedes de la farmacia Farmatodo, a Meditotal, a la Mérida y otras ubicadas en el centro de la ciudad y no consiguió un termómetro rectal.
“Después de varios días, logré comprar uno oral por Bs 20, en una vieja farmacia de la avenida Miranda”.
Se tuvo que conformar con este tipo de termómetro , pese a que no es exacto ya que al niño hay que ponérselo debajo de la axila.
“Los médicos dicen que siempre se debe sumar uno o dos grados más de lo que indica el termómetro oral, pues el mismo está hecho para trabajar con las mucosas de la boca y al ponerlo debajo de la axila pierde exactitud”.
