Es una suerte de lotería diaria. Puede ser de madrugada o hacia el final del día, pero la realidad de los pasajeros y transportistas de las rutas suburbanas (que salen de Caracas a las ciudades dormitorio) es que pueden convertirse en víctimas de asaltos todos los días.
«En la cartera procuro llevar solo las cosas necesarias y el dinero justo del pasaje. El celular lo pongo en mis partes íntimas y en silencio, por si me llaman o me llega un mensaje, y siempre estoy pendiente de las personas que se me sientan al lado», contó Marbelys Hidalgo, quien diariamente debe viajar de Santa Teresa a Caracas.
La Asociación de Conductores Guarenas-Guatire reporta que diariamente son asaltados los pasajeros de unas 12 unidades. Mientras que los representantes de otras las líneas consultados dicen que por lo menos una unidad al día es abordada por delincuentes.
Así lo señaló Israel Gustavo Suárez, quien trabaja como fiscal de la línea en el terminal de Nuevo Circo.
«Por un tiempo se utilizaron los detectores de metales, pero eso no sirve. No se puede revisar a las mujeres y cada vez son más las que llevan las pistolas en sus bolsos. A veces uno ve que se sube gente sospechosa, pero no puedes hacer nada, porque si llamas a la policía, te buscas un problema después», contó Suárez.
Otra Ley que no se cumple
En noviembre de 2011 entró en vigencia la prohibición de portar armas de fuego en unidades de transporte público, en todo el país. La normativa fue publicada en la Gaceta Oficial 39.743 y establecía que las compañías de transporte tenían tres meses para tomar las medidas necesarias para evitar que las personas subieran a las unidades con armas de fuego.
El reglamento también ordenaba la colocación de un cartel, en los terminales, paradas y unidades con la información de la resolución a la vista de los usuarios, pero en la actualidad son muy pocas las unidades que lo exhiben.
Durante algún tiempo las líneas optaron por implementar el uso de paletas detectoras de metales, y es responsabilidad del Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia velar por el cumplimiento de la resolución.
La realidad es que solo durante unos meses en algunas paradas había fiscales con las paletas, pero hoy en día casi ninguna línea cumple la normativa. Otras hacían la lista con los datos de los pasajeros y las más estrictas hacían un pequeño registro de los rostros, con una cámara filmadora, pero ahora no lo hacen, y alegan razones de costo.
Hechos cotidianos
La situación de inseguridad que se vive a diario en las unidades de transporte pasa inadvertida entre la cotidianidad, a menos que ocurra algún hecho grave, como el fin de semana cuando perdieron la vida dos funcionarios policiales que intentaron frustrar los robos en los autobuses que iban.
La primera víctima fue el comisario del Cicpc José Pérez Serrano, de 44 años. El viernes iba en un autobús hacia Ocumare y logró matar a uno de los ladrones identificado como Ángel José Melo.
El sábado fue el oficial jefe de Polimiranda Juan Mijares, de 39 años. Iba con su hijo en la vía hacia Caucagua cuando tres delincuentes robaron a los pasajeros del autobús. El funcionario mató a Daniel Moreno, que era uno de los ladrones.
«Las rutas hacia Barlovento se han vuelto las más peligrosas. Son chamos de 17 a 25 años, y si los bajamos, comprometemos nuestra seguridad. La policía no aparece y lo único que podemos hacer es encomendarnos a Dios cada vez que salimos del terminal», dijo un conductor de la línea Cooperativa Encarnación.
En mayo mataron a José Cristiano Valero, de 44 años, en un autobús que bajaba por la Carretera Panamericana y en la autopista Prados del Este asesinaron a Simón Gutiérrez, también dentro de una unidad de transporte público.
«Hace un mes secuestraron al avance con la unidad en Las Rosas, robaron a los pasajeros y después los dejaron botados en la vía. Se llevaron el autobús y lo desvalijaron. Tuve que pagar 300.000 bolívares en repuestos, porque se robaron hasta las puertas», contó Enrique Cisneros, chofer de la línea conductores Unidos Caracas – Guarenas – Guatire.
THÁBATA MOLINA | EL UNIVERSAL