A más de tres meses de las elecciones y la crisis postelectoral, académicos y personalidades exhortan a no abandonar la discusión sobre la participación ciudadana en los procesos electorales.
El primer foro del «Ciclo de Conversaciones sobre Venezuela» inició este martes con la profesora y exconsultora del CNE Egleé González Lobato, quien destacó que tras lo ocurrido en las elecciones presidenciales, el no reconocimiento de los resultados por parte de la sociedad y la comunidad internacional, se cierne la amenaza de un conflicto que ha impedido la reinstitucionalización en el país.
«A medida que se acercaba la elección, se impuso un correlativo de guerra y política, la negación de la organización de la sociedad, también la negación de espacios de negociación. Fuimos testigos de la deconstrucción de la política al darse nuevamente la dinámica de exclusión mutua. Nunca una elección presidencial ha funcionado como catalizador del conflicto; y lo que vimos antes y después del 28J es evidencia de la incapacidad mediadora del CNE, de la pulverización de espacios políticos y la imposición de unos sobre otros».
«Tener instituciones robustas y un CNE fortalecido no es un fetiche, sino una posibilidad real si las partes del conflicto superan la exclusión mutua y existen garantías reales de convivencia política y democrática. Hoy el CNE aparece borroso frente al ciclo electoral del 2025, cuando se elegirán numerosos cargos, alcaldes, gobernadores, concejos legislativos, consejos municipales y la Asamblea Nacional».
“En este escenario, es fundamental la creación de mesas de gobernanza electoral como espacios de articulación, que promuevan diferentes ciclos de encuentros informativos y comunicación donde la academia empieza el círculo virtuoso, pero también estén empresarios, estudiantes, organismos multilaterales y todos los que puedan colaborar».
Por su parte, el coordinador del Postgrado de Sistemas y Procesos Electorales y exrector, Luis Emilio Rondón enfatizó que el mejor momento para realizar reformas electorales es cuando no esté próximo un proceso electoral. «Por el contrario, si se modifican las normas electorales frente a la eventualidad del proceso, se toma el riesgo de tomar un enfoque solo para ese momento, alejado de lo que pudiera ser una normativa que perdure en el tiempo. Estas reformas electorales deben contribuir con la estabilidad del momento político y no lo contrario».
Advirtió que toda reforma debe tener un objetivo claro, porque si no puede que se concluya en una reforma «mal trabajada, sin consenso y que termine alejando mucho más a los electores de la participación».
Cree que sería ideal que las actuales propuestas a las reformas electorales estuvieran relacionadas con restarle discrecionalidad a la administración electoral, que permitiera ampliar los derechos políticos y electorales de los venezolanos en el exterior, contribuir al equilibrio en las campañas electorales, privilegiar el desarrollo del principio de la certeza electoral, fijar fechas para los procesos electorales, entre otros.
«Todo esto contribuiría a abonar y fortalecer el sistema electoral, así como la fórmula electoral y la representación política. No podemos hablar de política sin democracia, sin hablar de separación de poderes, independencia de poderes, elecciones transparentes. Esto va más allá del voto, y a veces es lamentable ver como se dejan espacios abiertos en momentos cuando se espera la participación activa de todos los sectores políticos».
En este mismo orden de ideas, el exrector del CNE y Coordinador de la Cátedra Miguel Otero Silva, Leonardo Morales dijo que las reformas a las leyes y procesos electorales no deben darse partiendo del objetivo de «salir de alguien» sino de crear instituciones que se correspondan con un país que pretende ser democrático.
«No podemos entrar en este debate para librarnos de figuras ejecutivas, o buscar un mecanismo para que llegue este o aquel político con su partido, porque de esta forma no estaría actuando a favor de los intereses del país, sino de una reforma conveniente para unos u otros. La reforma electoral es para tener condiciones que sirvan a los ciudadanos, a la democracia, porque si es solo para resolver un problema, vamos a tener que acomodarlo luego con otra reforma».
Por tanto, siguió, toda reforma deberá cumplir con los siguientes aspectos: la representación de aquellos elementos que no están vinculados al sistema como la mujer y las minorías, la representación justa del porcentaje de votos, más o menos se parezca al porcentaje que tiene y no como algunas organizaciones que tienen mayoría de votos; la participación, simplicidad y legitimidad.
Acotó que no siempre se podrá cumplir con todos estos elementos, pero es fundamental entender que una reforma no se puede desarrollar de un día para otro, porque si se quiere llevar a cabo una reforma integral tendrá que revisarse también la Constitución, la Lope, Lopre, así como la Ley de Partidos Políticos: «Si se quiere hacer una reforma que atienda todas las exigencias pareciera que de aquí para el 15 diciembre esto debería estar resuelto si lo queremos hacer bien no da tiempo, pero siempre es importante avanzar».
Ruta para la construcción de las garantías electorales
El dirigente político Stalin González comentó que durante los últimos 25 años, la dirigencia ha entendido que la elección no es un fin último, sino que esta debe ir acompañada de garantías políticas.
«Hay maneras de seguir luchando por esa expresión de cambio político que vimos el 28J, se puedan dar luchas a la par; porque si no nos tomamos en serio este proceso de reformas electorales, sino alzamos la voz, nos pasará como dijimos al principio no es que no participamos sino que no reconocemos tampoco. El llamado es a asumir los procesos de manera seria, con agendas mucho más grandes que no se reduce a lo electoral», remarcó. «Uno de los elementos más importantes, más allá de la participación, de la organización y de quién gana o pierde es que permanezca el respeto a la minoría, hoy representada por el chavismo, pero existente. Que hayan garantías para todos».
Estimó que las reformas electorales que impulsa la AN electa en 2020, «no parecen buscar un equilibrio, sino excluir la parte de la política que ha sido más dura en el discurso. Los venezolanos tenemos que discutir sobre estos temas, debatir sobre la participación en todas sus variantes. Las decisiones políticas de no participar las hemos vivido muchas veces. Se trata de cómo luchamos para que haya más democracia, tiene que haber negociaciones, institución y hablar, siempre hablar; pero negándonos no vamos a poder construir nada. Debemos superar la etapa en que la discusión se centra solo en el tema electoral, y pensar en las garantías políticas y sociales, que todos podamos votar y ejercer nuestro derecho y este sea respetado», sentenció.
Este primer foro, concluyó con la intervención del exrector del CNE Vicente Díaz quien tildó como un grave error que la oposición que hace vida en la MUD, «mantenga la pelea solo por el 28J, porque eso no es lo único. Hay que discutir sobre el resto de la política que sigue andando», es necesario atender varios tiempos y tableros en simultáneo.
«Si bien el CNE incumplió la ley al no presentar los resultados mesa por mesa, no nos podemos alejar. Hay que participar, nos paren o no, nos hagan caso o no, pero lo que no puede suceder es que hagamos que este debate no existe».
Coincidió con González Lobato en que estas discusiones no solo competen a los partidos políticos, sino a las academias, empresarios, gremios y sindicatos de todo el país. «La política incide en la vida de todos los ciudadanos», agregó.
Díaz resaltó la necesidad de respetar y cumplir la ley, “antes de pensar en la reforma los ciudadanos debemos exigir el cumplimiento de la ley, porque no se publicó el boletín de resultados detallados como lo establecen las leyes venezolanas; y hasta ahora, no se puede verificar la elección porque la garantía electoral no es la palabra de los rectores sino que se puedan auditar».