Las baterías para vehículos se unieron a los productos de primera necesidad que son tan solicitados por los ciudadanos. Ahora hay que madrugar para tratar de comprarlos.
Este martes a media mañana, quienes pasaron por la intersección de las avenidas Michelena y Branger observaban con asombro la gran cantidad de personas aglomeradas frente a un negocio de Fulgor. No era la harina, ni la leche que había llegado, sino simplemente baterías que es lo que se vende en ese tipo de negocios.
José Manuel Rivero contó que uno de los empleados informó el lunes que este martes llegarían las baterías, por lo que quienes estaban interesados hicieron una lista a eso de las 8 p.m.
La mayoría se fue para su casa, pero un grupo prefirió comenzar a esperar en los alrededores del negocio desde esa hora. A la 1 a.m. la cola ya pasaba de 20 personas quienes se mantenían alerta ante la inseguridad que reina en la zona.
Rivero mostró su descontento porque a pesar de estar haciendo la cola desde la madrugada, en la mañana llegó un grupo de “vivos” que compró primero. Las baterías tenían precios que oscilaban entre mil 200 y mil 600 bolívares, dependiendo el amperaje.
Lino Ochoa era otro de los clientes que esperaba por ser atendido. Señaló que tiene un camión parado desde hace tres meses, por falta de batería. “De aquí no me voy hasta que compre”.
Un joven motorizado comentó que prefería la Fulgor porque en la Duncan venden una sola batería por persona. Otro cliente le respondió que es lo lógico, porque el común de la gente tiene un solo carro. “Quien quiera comprar más de una batería debe ser para revenderla”.
El Carabobeño