El papa Francisco llegó hoy a Japón para su visita de tres días y en su primer contacto con los obispos del país afirmó que se hará eco del «llamamiento profético al desarme nuclear» y mostrará su cercanía a las víctimas del triple desastre de Fukusima.
Después de su visita de tres días a Tailandia, el papa aterrizó hoy a las 17.25 hora local (8.45 GMT) en el aeropuerto internacional de Tokio y se dirigió inmediatamente a la nunciatura, donde dormirá estos días, para encontrar a los 29 obispos del país.
En su primer discurso adelantó que en su visita este domingo a Nagasaki e Hiroshima rezará «por las víctimas del bombardeo catastrófico de estas dos ciudades», y se hará eco de los «llamamientos proféticos al desarme nuclear».
«Deseo encontrar a aquellos que aún sufren las heridas de este trágico episodio de la historia humana, así como a las víctimas del «triple desastre» de Fukusima, el terremoto que causó un enorme tsunami y causó daños a la central nuclear.
Los datos oficiales hablan de más de 18.000 personas las que fallecieron o desaparecieron como consecuencia del terremoto o el tsunami que devastó la zona, pero a estas hay que añadir las otras cerca de 3.000 que fallecieron como consecuencia de enfermedades o suicidios tras haber perdido todo.
Añadió Francisco que el sufrimiento de estas personas «es un recordatorio elocuente a nuestro deber humano y cristiano de ayudar a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu, y de ofrecer a todos el mensaje evangélico de esperanza, curación y reconciliación», así como también recordó el último devastador tifón.
El papa que llegó de manera precipitada a la reunión con los obispos bromeó diciendo que pensarían «que los argentinos eran maleducados» al no haber saludado uno por uno a los prelados a su entrada.
Comenzó recordando «la entronización del nuevo emperador (Naruhito) y el inicio de la era Reiwa» y «la simpatía y cariño por estas tierras» de su juventud cuando quiso ser misionero y no se le permitió por su operación en un pulmón.
«Han pasado muchos años de aquel impulso misionero cuya realización se hizo esperar. Hoy, el Señor me regala la oportunidad de estar entre ustedes como peregrino misionero tras los pasos de grandes testigos de la fe», dijo
Recordó que se cumplen 470 años de la llegada del jesuita español san Francisco Javier a Japón, quien marcó el comienzo de la difusión del cristianismo en esta tierra y a los «mártires» que dejó la posterior represión contra los cristianos.
Mencionó los «cristianos ocultos» de la región de Nagasaki, quienes mantuvieron la fe por generaciones a pesar de que no había sacerdotes hasta la llegada de nuevo de los jesuitas.
Valoró que la evangelización de Japón estuvo marcada «por una fuerte búsqueda de inculturación y diálogo» y nuevas modalidades, utilizando el teatro, la música y todo tipo de medios, en su gran mayoría en idioma japonés.
Destacó la labor de la iglesia en dar «hospitalidad y el cuidado» a «los numerosos trabajadores extranjeros, que representan más de la mitad de los católicos de Japón»
La Iglesia católica en Japón representa sólo el 0,4 % de la población, unos 536.000 fieles, según los datos proporcionados por el Vaticano, mientras que los shintoistas son 79 millones y los budistas 48 millones, pero sobre todo es un sociedad fuertemente secularizada.
Aunque la creciente llegada de migrantes, especialmente del sur de Asia (Filipinas, Vietnam, Indonesia, etc.), ha hecho crecer el número de católicos casi al doble.
Francisco también habló de los «diversos flagelos que atentan contra la vida» de los japoneses como «el aumento del número de suicidios».
Según el arzobispo de Tokio, Isao Kikuchi, en una carta al portal católico Asia News, «más de 20.000 personas, a veces más de 30.000, se suicidan en Japón cada año».
Y también denunció el acoso escolar y diversas formas de autoexigencia, «que están creando nuevos tipos de alienación y desorientación espiritual» que «afectan sobre todo a los jóvenes».
Ante ello, invito a los obispos «a que les presten especial atención a ellos y a sus necesidades, y busquen espacios donde la cultura de la eficacia, el rendimiento y el éxito se vea visitada por la cultura de un amor gratuito y desinteresado».
Mañana el papa pasará toda la jornada en Nagasaki e Hiroshima donde además de visitar las «zonas cero» donde cayeron las bombas también celebrará misa.
EFE