El pontífice destacó que «el deporte está adquiriendo un papel cada vez más importante en la sociedad, moldeando la vida cotidiana de muchas personas. Es una forma de utilizar el tiempo libre que despierta intereses y oportunidades de encuentro»
Así observó en un discurso enviado a la Conferencia internacional sobre deporte y espiritualidad, organizada por el Dicasterio para la Cultura y la Educación y la Embajada de Francia ante la Santa Sede.
«Subrayo la gran responsabilidad educativa de los adultos: su conciencia formada en valores humanos es crucial para crear ambientes deportivos sanos y educativos, previniendo cualquier actitud poco educativa y cualquier forma de abuso, especialmente en perjuicio de los menores y de los más vulnerables», escribió el papa.
Francisco destacó que «el deporte está adquiriendo un papel cada vez más importante en la sociedad, moldeando la vida cotidiana de muchas personas. Es una forma de utilizar el tiempo libre que despierta intereses y oportunidades de encuentro, acerca, crea comunidad, dinamiza la vida de manera ordenada y promueve sueños, especialmente en las generaciones más jóvenes».
Y por ello, explicó que la Iglesia tiene que trabajar para «una educación en los valores genuinos de la competición, depurados de egoísmos y de intereses meramente materiales».
El papa también explicó la necesidad de que en el deporte, «a todos los niveles», nunca falte «el espíritu amateur, que conserva su autenticidad».
Y alertó de la necesidad que el deporte «se coloque en su horizonte humano» y evite «los riesgos de deshumanización y corrupción».