El Papa Francisco quiere que los obispos chilenos enfrenten las “devastadoras heridas” a la credibilidad de la iglesia causadas por el encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por religiosos, en una señal de que será firme con ellos en las reuniones que sostengan la próxima semana.
La inequívoca postura del Papa quedó clara en una declaración emitida el sábado por el Vaticano, a días de la visita de los obispos chilenos a Roma, convocados por Francisco para explicar por qué no se le informó cabalmente sobre el alcance del escándalo.
La declaración señaló que el Papa “considera necesario examinar en profundidad sus causas y consecuencias (de los abusos), así como los mecanismos que han llevado en algunos casos a su encubrimiento y a las graves omisiones hacia las víctimas”.
El mes pasado el Pontífice dijo en una carta que había cometido “graves errores” en el manejo de la crisis sobre abusos sexuales porque no había sido informado correctamente.
La carta fue emitida tras una investigación del Vaticano sobre el obispo Juan Barros, nombrado por el Papa en 2015 pese a las acusaciones de que había encubierto los abusos sexuales contra menores por parte de su mentor, el sacerdote Fernando Karadima. Barros ha dicho que no estaba al tanto de estas conductas.
Durante su viaje a Chile en enero Francisco defendió enérgicamente a Barros, pero días después de regresar al Vaticano señaló que había recibido nueva información y envió a Chile a uno de los principales expertos de la Iglesia en abusos sexuales, el arzobispo Charles Scicluna de Malta, para que investigara las denuncias.
La declaración del sábado del Vaticano señaló que el objetivo de este proceso es discernir “la responsabilidad de todos y cada uno en esas heridas devastadoras, así como el estudio de los cambios adecuados y duraderos que impidan la repetición de actos siempre reprobables”. “Es fundamental restaurar la confianza en la Iglesia”, añadió el texto.
Se espera que Barros esté en el grupo de 31 obispos activos y dos eméritos que comparezcan a las reuniones a puerta cerrada entre el 15 y el 17 de mayo.
Reuters
