El Papa Francisco declaró que el arzobispo salvadoreño Óscar Romero fue asesinado por razón de su fe en 1980 y aprobó una declaración de martirio que abre el camino para la beatificación del religioso.
El religioso murió baleado por un francotirador asociado a los escuadrones de la muerte de la extrema derecha en ese país, mientras oficiaba una misa en San Salvador, en marzo de 1980.
La beatificación de Romero había sido obstaculizada durante décadas por el Vaticano, debido a preocupaciones sobre las supuestas inclinaciones marxistas del sacerdote.
El Papa Francisco había anunciado en agosto del año pasado que suspendía la prohibición para beatificar a Romero.
Fuente: BBC Mundo