Panamá aplicó en 2023 las medidas de expulsión y deportación del país, las más severas contempladas en la ley migratoria panameña, a 702 extranjeros de diferentes nacionalidades, informó este viernes el Servicio Nacional de Migración (SNM).
Esta cifra se alcanza luego de que el viernes se realizara el vuelo número 25, el último del año, desde el Aeropuerto Internacional Panamá Pacifico, con 11 personas de nacionalidad colombiana que fueron deportadas y otra, de igual procedencia, que fue expulsada, señaló un comunicado de Migración.
El comunicado detalla que «al colombiano expulsado se le aplicó esta medida, la máxima contemplada en la Ley Migratoria (…) por la comisión de delitos relacionados con drogas».
La SNM añade que la mayoría de los extranjeros a los que se les aplicó «proviene del flujo migratorio que ingresa desde Colombia, sin embargo, no cumplían con los requisitos para el tránsito por nuestro país».
«A cada uno de estos 702 extranjeros se les respetó sus derechos con apego a la Ley nacional (migratoria) y fueron sometidos al proceso correspondiente en beneficio de la seguridad del país y de la región», señala la información oficial.
La medida de deportación contempla que una persona, en un periodo de 10 años, no podrá volver a entrar a Panamá, mientras que la expulsión implica que no podrán ingresar más a territorio panameño.
Panamá cierra este año 2023, marcado por la agravada crisis migratoria, batiendo el récord de medio millón de migrantes en tránsito por el Darién, la selva que comunica el istmo y Suramérica, una cifra que duplica el registro del año pasado y abarca un marcado aumento de menores.
Según cifras de las autoridades panameñas, hasta el pasado 20 de diciembre cruzaron por el Darién 513.782 migrantes, de los cuales la mayoría son venezolanos (326.589), seguidos de ecuatorianos (56.328) y haitianos (45.628) con el objetivo de llegar mayoritariamente a EE.UU., aunque también a Canadá, en busca de mejores condiciones de vida.
EFE