Leopoldo López Gil estuvo en Colombia denunciando las irregularidades que rodean el juicio de su hijo, quien ya lleva más de 120 días detenido. / Evelio Bonces Garzón
Leopoldo López Gil viajó a Colombia para reunir apoyo internacional en lo que la oposición venezolana ha llamado la “Cruzada por la Libertad”. Desde una oficina en el norte de Bogotá expone sus tesis sobre el chavismo y sobre la unidad de la oposición, que por estos días está disgregada en dos fuerzas: el ala radical y el ala moderada. Asimismo, asegura que el diálogo convocado por la Unasur no sirvió, pues se debió pactar una agenda previa.
¿Cómo va el proceso de su hijo Leopoldo López Mendoza?
El tema que hemos tratado de hacer evidente en esta Cruzada por la Libertad es el abuso de poder por parte del gobierno de Nicolás Maduro en este proceso que se le sigue a Leopoldo y a cuatro estudiantes.
¿Qué cifras maneja la oposición sobre los detenidos en Venezuela?
Desde el 12 de febrero hasta hoy se han presentado 3.201 detenciones. De estas, 227 son menores de edad. Además, se expidieron 1.982 medidas cautelares en contra de los venezolanos. Creemos que aún hay 100 personas que continúan detenidas desde esa fecha. Ciento veinte días después de la prisión de Leopoldo y los cuatro estudiantes, dos de ellos fueron privados de la libertad y los otros dos han sido sometidos a un régimen de presentación ante los tribunales, pero el juicio sigue.
¿Qué pruebas ha presentado el Gobierno en contra de su hijo?
Nunca hubo pruebas, excepto las grabaciones del discurso que él pronunció. La Constitución es manifiesta en decir que podemos protestar e incluso exigir la renuncia del presidente; a él no se lo puede juzgar por su discurso. Incluso el Ministerio Público no apoyó ninguno de los testigos de la defensa y promovió más de 60 personas, la mayoría miembros de los cuerpos de seguridad del Estado y empleados públicos.
¿Es un juicio sin pruebas?
Son juicios políticos. En el caso de Leopoldo, es un juicio y una detención injusta. Promovemos ante las autoridades internacionales, ante el Comité de Detenciones Arbitrarias de la ONU y ante Amnistía Internacional que él es un prisionero de conciencia a quien se le violan sus derechos humanos fundamentales. Se lo señala como promotor del cambio del etos de la muchedumbre a través de un mensaje subliminal; así lo dice la misma acusación.
¿A qué se refiere la acusación de un mensaje subliminal?
Eso es absurdo. No se puede enviar un mensaje subliminal con una palabra directa. O es invitación directa o es subliminal. A él se lo acusa de usar un mensaje subliminal a través de su palabra, lo que produce el cambio del etos en la población. Es posible que la fiscal de Venezuela haya sido discípula de Cantinflas.
¿Siguen las protestas en el país?
Las protestas se dan porque Venezuela tiene el mal honor de tener la inflación más alta del mundo. Los economistas estiman que la inflación puede llegar a tres dígitos a fin de año. Tenemos un régimen cambiario que sólo lo puede entender el mago Mandrake con cuatro o cinco fórmulas para ver el cambio al día. Es lógico que, si no se puede estimar el cambio, mucho menos los costos. Además, hay una ley que restringe el derecho a colocar los precios y les exige a los comerciantes vender sus existencias a precios de pérdida, lo que obliga a no reponer el inventario. Tenemos datos del propio Gobierno que estima que hay un desabastecimiento de productos básicos del 30%. Tenemos un gran potencial como país, pero con malas administraciones no vamos a tener bienestar.
¿Qué denuncias puntuales hace la oposición?
Por ejemplo, los últimos documentos producidos por los exparticipantes del gobierno de Hugo Chávez han denunciado cosas tan terribles como la pérdida de US$20.000 millones, que se entregaron a través del fondo de asignación de divisas (Cadivi) a empresas de maletín que cobraron esos dólares a un valor que fluctuaba entre 4 y 6 bolívares, pero que los revendían en el mercado negro hasta por 100 bolívares. Eso es una fábrica de millonarios. Con auspicio del Gobierno, porque pese a que un exministro lo denuncia no se ha mostrado al primero de esos culpables por parte de la justicia.
¿Qué consecuencias trajo esto?
Esto creó una riqueza espontánea en los favorecidos del Gobierno, a los que coloquialmente se llama “enchufados”. Lamentablemente hay millares de enchufados.
¿Sigue la división en el interior de la oposición?
Nunca ha habido falta de unidad en la oposición. El tema es que hay una separación en la táctica a usar, pero nunca en el fin a lograr. Ha progresado la necesidad de ampliar la representación política de la oposición en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que se creó como una estrategia electoral que decidió tener un solo candidato: Henrique Capriles. La MUD debe sufrir una mutación en algo que permita la representación de sectores que están protestando: el sector estudiantil, la Iglesia, los sindicatos y los empresarios, que hoy no están allí representados. La división es una mala interpretación de una discusión.
¿Por qué la oposición no logra ser una sola voz?
La oposición no es una sola voz, pero el Gobierno tampoco: el Partido Socialista Unido (PSUV) es cualquier cosa menos unido.
¿Qué pasó con el diálogo del Gobierno y la Unasur?
Esa fue una invitación a un diálogo que se transformó en un monólogo. Fue un gran error sentarse a una mesa sin agenda y exigencias previas. A la primera, el Gobierno contestó que no iba a cambiar nada. Entonces, ¿para qué el diálogo?
¿Cuál es la situación de María Corina Machado?
A ella se le ha impedido salir del país. La obligan a no tocar las puertas a las que tiene derecho.
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