“Aunque es consentido, los funcionarios se aprovechan de nuestra situación y vienen hasta las celdas para sacar a algunas compañeras y mantener relaciones sexuales con ellas”, reveló una presa del anexo femenino del Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocida como cárcel de Uribana, ubicada al norte de Barquisimeto en el estado Lara.
El equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) conversó con algunas privadas de libertad de dicho anexo, quienes confirmaron los hechos y explicaron que intercambian sexo por acceso a algunos beneficios como mejores comidas, que sus familiares les puedan enviar un poco más de alimentos, agua potable e incluso permanecer más tiempo fuera de su celda.
Las reclusas aclararon que no todas las mujeres que se encuentran en el anexo acceden a tener relaciones sexuales con un grupo de funcionarios que trabajan en este penal, el cual alberga a 176 mujeres.
Se desconoce si la directiva del recinto penitenciario tiene conocimiento sobre esta situación.
Cabe destacar que desde hace cinco años están prohibidas las visitas de hombres en el anexo femenino de Uribana, por lo que no pueden ver a sus parejas, hermanos, padres e hijos.
En tanto, para la visita conyugal les exigen acta de matrimonio y una serie de exámenes médicos que deben costear ellas mismas. Muchas reclusas terminan desistiendo por no tener los recursos suficientes para cumplir con estos requisitos.
Las privadas de libertad que se comunicaron con OVP también denunciaron otro tipo de irregularidades en el recinto. Al momento del conteo diario, los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), en su mayoría hombres, ingresan con armas de fuego en mano.
Aunado a esto, el nuevo director de Uribana, Oscar Briceño, conocido en el recinto como “El Conejo”, y quien está a cargo de la población masculina, también ingresa al anexo sin previo aviso.
Las mujeres aseguran que esta acción va en detrimento de su privacidad, pues en muchas oportunidades son vistas por el director y algunos custodios cuando se bañan o están en ropa interior.
“No sabemos con qué objetivo ingresa, parece que tiene más poder que la directora del anexo porque no impiden que lo haga y cuando va es para insultarnos y amenazarnos con golpearnos. Esto sin ningún motivo porque nosotras hemos tenido un comportamiento bastante pacífico”, aclaró una de las internas.
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