Según la medición del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), usando el Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE), durante el primer semestre de 2022, la actividad económica registró un aumento anualizado de 12,3%.
En referencia al segundo trimestre de 2022, el incremento se situó en 16,6%, explicada fundamentalmente por el alza de la producción petrolera, el mayor gasto del Gobierno y el final de la hiperinflación. Se trata de un crecimiento modesto si se toma en consideración las grandes declinaciones de la producción de bienes y servicios ocurrida en 2019 y 2020.
Con relación al segundo trimestre de 2022, vale mencionar el ascenso de la producción petrolera en 36,3% al estabilizarse los barriles producidos en el orden de los 700.000 diarios. Ello sugiere la pérdida de capacidad multiplicadora del petróleo sobre el resto de la economía.
Por su parte, la cartera de crédito, básicamente al consumo, tuvo un modesto repunte de 21%, si se toma en cuenta las significativas caídas que esta variable venía mostrando. Igualmente, el Gobierno amplió de manera apreciable sus erogaciones, principalmente en gasto corriente.
– 27 trimestres de caída –
Conviene señalar que la economía venezolana mantuvo 27 trimestres consecutivos de una caída que comenzó en el cuarto trimestre de 2014 y finalizó el tercer trimestre de 2021. Ello ha implicado que al segundo trimestre de 2022 el tamaño de la economía venezolana haya sido apenas el 21% que el que tenía en el segundo trimestre de 2012, por tanto la pérdida de actividad ha sido cuantiosa.
Pocas veces se había observado una caída tan intensa y prolongada en una economía en períodos que no estuvieron mediados por un conflicto armado.
Cabe destacar que existe un tema estadístico con la información comentada. Aunque se trata de variaciones anualizadas, conviene destacar que debido a que la base de comparación es muy baja en virtud de las contracciones previas de la actividad económica, se tiende a magnificar cualquier cambio porcentual de signo positivo.
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