El atleta paralímpico será juzgado hasta el 20 de marzo por un tribunal en Pretoria. Mató a su novia Reeva Steenkamp y se determinará si fue un accidente o lo hizo intencionalmente
Vestido con traje oscuro, corbata negra y camisa blanca, Oscar Pistorius entró cabizbajo en la sala donde se celebra la vista. «No culpable, señoría», contestó el atleta paralímpico a la primera pregunta de la jueza Thokozile Masipa, según Mundo Deportivo.
A sus 27 años, puede ser condenado a 25 años de prisión por el asesinato de su pareja. Pero él, en el juzgado de Pretoria, dijo no estar involucrado en la muerte de la modelo Reeva Steenkamp el 14 de febrero de 2013.
Después de que el fiscal acusara al atleta de «matar intencionada e ilícitamente» a su novia, Pistorius también aclaró que no es culpable de otros cargos en su contra, como tenencia de armas y uso de armas ilegales.
Menos de un año después, mató a su novia de 29 años, en su casa de la periferia de Pretoria, de cuatro balazos disparados a través de la puerta del cuarto de baño. El corredor de 27 años está en libertad bajo fianza desde el 22 de febrero de este año.
Este aficionado a las armas de fuego argumenta que fue un accidente y explica que confundió a su compañera con un ladrón. La fiscalía considera por su parte que se trató de un asesinato premeditado. El juicio debe durar unas tres semanas y dar lugar a una batalla de expertos puesto que la familia de Pistorius ha contratado a los mejores abogados.
Este lunes por la mañana comenzó con la prensa sudafricana publicaba unas declaraciones de la madre de Reeva, June Steenkamp: «Quiero mirar a Oscar a los ojos, y sondear yo misma la verdad de lo que le hizo a Reeva», declaró al diario de The Star.
Cientos de periodistas, sudafricanos y extranjeros, están presentes en Pretoria para cubrir las audiencias, que en su mayor parte podrán ser transmitidas en directo por televisión. Para el proceso se ha creado incluso una cadena especial.
La primera testigo llamada a declarar por el fiscal fue Michelle Burger, vecina Pistorius. Dijo que oyó «gritos que helaban la sangre» y disparos la noche en que el deportista mató a su novia. «Justo después de las tres de la mañana me despertaron unos terribles gritos de mujer», afirmó Burger ante el Tribunal Superior de Pretoria.
Burger reveló haber escuchado a un hombre pidiendo ayuda, y su marido pensó que se trataba de un asalto a una casa y llamó a los guardias de seguridad. Su balcón está a 177 metros de la casa del atleta, que vivía en la casa contigua. La mujer indicó que pudo sentir el «terror» y la «agonía» de la mujer que gritaba. El alegato del fiscal contiene una lista de 107 testigos que serán llamados a declarar durante el juicio.
De aquí al 20 de marzo, el tribunal deberá dilucidar la cuestión fundamental de si el atleta asesinó a su novia a sangre fría, como sostiene la fiscalía, o si le disparó al haberla confundido con un intruso, como dice la defensa.
Pistorius afirma que estaba en el balcón de su dormitorio cuando de repente escuchó un ruido en el baño. Entonces, dice, pensó que un ladrón se había colado por la ventana del aseo, y presa del pánico, disparó sin pensárselo dos veces, y sin verificar si Reeva seguía en la cama.
También en su defensa, el atleta dijo hace un año en una audiencia preliminar que su relación con Reeva Steenkamp era excelente y que estaban muy enamorados. El fiscal, Gerrie Nel, intentará demostrar que esta alegación no es creíble, y que el atleta paralímpico disparó cuatro tiros a su novia a sangre fría a través de la puerta del baño.
Durante las casi tres semanas que va a durar el proceso, los expertos en balística, forenses y científicos, tendrán un papel muy importante. Ellos dictaminarán si Reeva murió al recibir la primera bala, lo que le habría impedido señalar su presencia.
También deberán esclarecer el ángulo de tiro y por tanto la posición de Pistorius, y hacer «hablar» los teléfonos celulares de los dos protagonistas. También se espera que revelen a qué hora y en qué sitio web estuvo Pistorius la noche de la tragedia.
Un equipo de investigadores sudafricanos viajó a Estados Unidos para pedir ayuda de la empresa Apple y del FBI para desencriptar la información oculta del iPhone de Pistorius. El atleta, justo después del incidente fatídico, dijo que había olvidado la contraseña de acceso de su teléfono.
Fuente: Infobae










