El mundo artístico también se ha visto afectado por la situación económica del país, tanto así que el equipo que trabajó en Confesiones de Oswaldo Ponte sobre la vida de Oscar D’ León se vio en la obligación de contratar varias imprentas para editar el libro.
Así lo reconocieron ayer Ponte, manager del salsero, y William Briceño, autor de la publicación, quien además ahondó en cómo surgió la idea de escribirlo. “Queríamos que la gente conociera al Oscar fuera de los escenarios, con el micrófono apagado”, dijo.
En el prólogo de Confesiones de Oswaldo Ponte, Rubén Blades, le expresó a D’ León su “profunda satisfacción” por su “digna y fructífera vida personal y artística”.
La publicación ya está disponible en las librerías Las Novedades del país y lo recaudado con su venta será destinado a la Fundación Operación Sonrisa de Venezuela.
Ponte anunció el lanzamiento de una segunda parte, así como también, la realización de un documental inspirado en la obra de la mano de Sergio Pizzolante.
Pero D’ León y Ponte no solo debieron sortear “la crisis del papel”, como ellos mismos la denominaron, ya que para poder cumplir la agenda de presentaciones que tienen en varios países, la dupla tuvo que cambiar temporalmente su base de operaciones.
“Es más fácil tener al equipo en Estados Unidos, equidistante a todas partes y con mucha oferta de pasajes, si no es imposible por la situación de los boletos. Por ejemplo, podemos estar en Miami y regresar a México hoy mismo. Estando en Venezuela no se puede hacer”, explicó Ponte.
“Cada movimiento de la orquesta para afuera sale casi 70.000 dólares. Échale pluma, por eso mudé la orquesta a Miami para trabajar, pero es por la coyuntura que tenemos en el país. Yo podría muy bien dejar a mis músicos aquí y trabajar con músicos de allá, pero no quise hacerlo así. Cuando se resuelva el problema volveremos a nuestra base venezolana”, prometió.
El Universal
