Como habitantes de una sociedad empeñada en justificar todo y encontrar una base biológica, es lógico que nos preguntemos si lo que hacemos por placer tiene alguna función natural o “más allá” de la mera diversión
Evidentemente, ya hemos dado el paso de asumir que las relaciones sexuales nos sirven para mucho más que para reproducirnos pero, el punto de mayor diversión al que llamamos orgasmo ¿le sirve a la naturaleza para algo más que para mantenernos contentos?
Está claro. Cuando algo nos gusta lo repetimos y, si no nos gusta, haremos justo lo contrario. El placer sexual es el regalo que la naturaleza nos da para que queramos reproducirnos. Lo que pasa es que nosotros lo queremos todo, y por el momento laestamos engañando bastante bien.
En el caso del hombre, el orgasmo ayuda a la eyaculación, de este modo los espermatozoides son lanzados en búsqueda y captura del óvulo. Salvo que los atrapes en un preservativo, claro está.
Pero la mujer no necesita un orgasmo para concebir, entonces ¿para qué más serviría su orgasmo? Después de las relaciones sexuales nos relajamos y nos gusta mantenernos tumbados, así se retiene pasivamente el esperma y se consigue que las probabilidades de embarazo aumenten.
Las contracciones musculares de la vagina ayudan a que el esperma viaje más rápido, de hecho se produce una especie de succión. Por eso, si una mujer tiene un orgasmo (o varios), es más probable que quede embarazada que si no lo tiene. Que no se me malinterprete: si no buscas tener hijos no tienes que prescindir de tus orgasmos, sino utilizar un método anticonceptivo adecuado, faltaría más.
Algunas teorías afirman que las mujeres podrían llegar a disfrutar más con aquellos hombres que les resultan muy atractivos. En la Universidad de Albuquerque compararon la simetría estética de los varones (relacionada con la belleza y la salud) y los orgasmos femeninos, los resultados fueron de proporción directa. Lo interpretan como una forma inconsciente de escoger el mejor padre y amante.
Además, está claro que el placer erótico produce sentimientos de cercanía e intimidad. Reforzando la relación se aseguran las relaciones de pareja y el cuidado y mantenimiento de los hijos. Por otro lado, produce un gran bienestar psicológico y muchos otros beneficios a nivel de salud como:
Es un analgésico natural: reduce los dolores y en especial el dolor de cabeza así que, con éstas, ya no te pueden poner excusas. También es bueno para reducir los dolores menstruales.
Mejora nuestra salud en general: la circulación sanguínea y nuestro sistema inmunológico.
Ayuda a mejorar nuestra salud psicológica y emocional: levanta el ánimo, reduce los síntomas depresivos y ayuda a reducir el estrés.
Favorece el sueño.
Mejora nuestro aspecto: la piel y cabello.
Fuente: sexperimentando.es