Sin lugar a dudas la muerte del presidente de la República representa la culminación de una etapa y el comienzo de una nueva.
Al hablar de una nueva etapa no queremos decir que automáticamente esté garantizado un mejor destino. La incertidumbre continúa, igual que la grosera injerencia cubana, la violación flagrante de la Constitución, y nuestro pueblo sigue agobiado por la inseguridad, la inflación y la escasez de alimentos.
Con la ausencia absoluta del presidente de la República, fueron convocadas elecciones, y estamos convencidos de que sólo con el triunfo del candidato unitario, Henrique Capriles Radonski, es posible comenzar una transición hacia una mejor Venezuela.
Y esto es así porque somos conscientes de que la lucha que hemos dado en todos estos años no se trata de la simple sustitución de un líder por otro. Ojalá fuese tan sencillo. Mientras se mantengan las mismas estructuras de poder y los mismos males que generan y aquejan a nuestra población no avanzaremos como nación.
Es por ello que la Mesa de la Unidad Democrática no centró el mayor esfuerzo de sus discusiones en quién era el candidato, sobre el cual no existía ninguna duda, sino en una agenda para el país que garantice las verdaderas transformaciones que necesitamos, porque mientras persista la tentación de perpetuarse en el poder mediante la reelección, la cual ha demostrado ser bastante dañina para el país; mientras tengamos un sistema electoral injusto y desigual; un uso discrecional, abusivo e irresponsable de la renta petrolera; un modelo económico que atente contra la producción nacional y las poblaciones mas desposeídas; un Estado que permita el aumento constante de los asesinatos, la corrupción, la impunidad, la persecución política y la intromisión constante de gobiernos extranjeros, nuestra lucha tendrá vigencia, sea quien sea el presidente de turno.
Hacemos un llamado a todo el pueblo venezolano a participar activamente en la lucha por la construcción de una salida a la crisis que genere una transición en paz en la que los venezolanos y venezolanas seamos prioridad.
La participación no puede ser limitada a lo electoral: el ejercicio del voto es una herramienta fundamental, pero que no debe ser la única utilizada: el derecho sagrado de los pueblos de rebelarse contra las injusticias es un derecho que debe ser ejercido con firmeza en momentos como estos. Y dejamos muy en claro que muestro camino no es ni será la violencia, pero que tampoco será la inacción o la sumisión ante la opresión de los poderosos.
A quienes crean en un transición en paz, con respeto a la Constitución; en la lucha activa por la defensa de los derechos, y en la reconciliación de una nación para que podamos atender de forma urgente los principales problemas de los venezolanos, les hacemos un llamado a unificar esfuerzos para transitar este camino juntos a través de los mecanismos que nos plantea nuestra Constitución: el voto y la calle, la calle y el voto.
Fuerza y fe, Venezuela
Fuente: EN
Por Leopoldo López