Todo lo que el ser humano alcanza, resulta de lo que en su pensamiento discurre. Más, cuando confiado en la razón, el pensamiento procesa toda información interpretada y apegada a la honestidad y al detalle que resalta cada resultado aportado a través de cada idea encausada. Es ahí cuando el pensamiento se alía con la exactitud del propósito y la perseverancia. Tanto, como sucede cuando ante la necesidad de soportar una creencia, se motiva la conciencia para comedir el alcance de las implicaciones que derivan del pensamiento.
En ese justo instante, es cuando el pensamiento se viste de la fuerza necesaria para enrumbar las decisiones por el mejor camino posible. Es cuando la razón se hace del poder suficiente y necesario para determinar con cuáles instrumentos de embate es más probable vencer los rigores de la incertidumbre.
Una historia puntualizada
La ciudad andina de San Cristóbal, sirvió de escenario para que Arianna Isabel Monagas Boada comenzara a aproximarse a momentos que le valieron mejorar el contenido y calidad de los pensamientos que luego decidieron las rutas profesionales que debían corresponderse con su formación de Comunicadora Social. Sus pensamientos fueron esculpiendo en su mente, la manera de cómo resolver las distintas cuestiones que la vida adelante le motivarían.
Su modo de discernir entre los avatares que pretendían ganar la competencia en la que su participación como persona-competidora mostraba su interés en crecer intelectual y profesionalmente, le permitió hallar las respuestas que fueron cautivando su atención. Fue así como luego de pasearse por parajes que comprometían entrañables objetivos de vida, consiguió el sendero que la llevó a la ciudad argentina de Córdoba. Ahí, continuó descubriendo esquemas intelectuales que la condujeron a la Universidad Nacional de Córdoba.
Aquella universidad que, en 1918, fue referente del cambio de los sistemas académicos que distintas instituciones de educación superior, regadas por el subcontinente suramericano y contagiadas por el éter de la pedagogía europea, aprovecharon para perfilar la funcionalidad administrativa que las mantenía sometidas a modalidades académicas un tanto medievales.
El fuero autonómico que aquella universidad cordobesa demostró y argumentó, fijaron las libertades académicas que le valieron a otras universidades el fortalecimiento de nuevos modelos liberadores y críticos que estructuraron formas y expresiones propias de centros de investigación y formación universitaria acorde con las nuevas realidades de entonces.
El parangón que pautó el pensamiento periodístico
Igualmente, como sucedió con universidades contemplativas y carismáticas repartidas por América Latina, ocurrió con el pensamiento de la licenciada Monagas Boada, ya curtida de periodismo real y preciso. Fue así como se vio incentivada para solicitar su ingreso a la universidad cordobesa en el postgrado de Comunicación, Cultura y Sociedad de la Facultad de Ciencias Sociales el cual concluyó con aventajada posición académica.
Su decisión de continuar formándose de cara a las exigencias de las nuevas realidades, al darse cuenta de las ideas que acuciaban sus nuevas determinaciones, dejaron ver su audacia, intrepideces y valores a los que su calidad de pensamiento la habían llevado.
La periodista Arianna Isabel Monagas Boada, egresada inicialmente de la Universidad de Los Andes, Núcleo: Pedro Rincón Gutiérrez, situado al oeste de San Cristóbal, comenzaba a hacer que su intelectualidad se compaginara con las demandas de un periodismo asido a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. De un periodismo que, en la actualidad, se construye sobre la valentía y sentido crítico y democrático de quienes formalizan sus contenidos, para impulsar ciudadanía consciente y activa.
En síntesis
En síntesis, este repaso por la historia de vida de una periodista intelectualmente aguda, hace ver que cuando se piensa crítica y reflexivamente, está no sólo coadyuvando al desarrollo cultural, político y social del mundo en el cual suscriben sus decisiones y actuaciones. Sino también, porque las entregas periodísticas, dirigidas a medios masivos ubicados a lo largo y ancho del planeta, valen como impulsadores capaces de acuciar la concienciación y motivación de hombres y mujeres que aportan sus capacidades y potencialidades en beneficio de estructurar un juicio válido. Es decir, un conocimiento que asiente las decisiones que apuestan por la mejor conducción política, social, comunicacional y cultural del mundo.
Y para eso, es indispensable estar consciente de la existencia de los problemas que traban el desarrollo de los pueblos. Para lo cual, quienes así actúan deben esforzarse en hallar las respuestas apropiadas a instancia de la situación analizada.
Por eso la historia de vida acá contada de la periodista venezolana-argentina Arianna Isabel Monagas Boada quien ha transitado con dignidad, abnegación y dedicación por el universo periodístico, se convierte en hermoso ejemplo de vida profesional e intelectual. Porque en verdad esta historia de vida, representa una lección de perseverancia.
Antonio José Monagas
Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad, y no compromete la línea editorial de Confirmado.com.ve