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Un debate que me dejó buen sabor

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Un debate que me dejó buen sabor

 

 

Invertí casi tres horas de mi tiempo en ver y escuchar buena parte del debate de los ocho precandidatos presidenciales de la oposición venezolana y debo decir que la experiencia me fue provechosa. El ambiente en el cual se desarrolló el debate fue altamente civilizado y la conducción del evento y el sitio en el cual se llevó a cabo, todo fue –diría– de primer mundo, incluso más apegado al ideal democrático que algunos de los debates que he visto recientemente en la cuna de la democracia liberal, Estados Unidos.

 

 

En esta nota recojo mis impresiones sobre la calidad de las intervenciones y sobre el tono general del evento.

 

 

Asistieron ocho precandidatos y dejaron de participar al menos dos de ellos. Quienes no asistieron fueron Henrique Capriles y Manuel Rosales. Cada uno tendría sus razones particulares para no estar allí, pero sus ausencias representan, en mi criterio, una pobre actitud democrática que le hace el juego al régimen (¿sin querer queriendo?).

 

 

El debate fue moderado de forma eficiente por una pareja de jóvenes, Luis Carlos Díaz e Isabela González. Los precandidatos fueron presentados en el siguiente orden:

 

 

Tamara Adrián, abogada de amplias credenciales académicas obtenidas en Venezuela y en el exterior; María Corina Machado, ingeniera, con especialización en finanzas; César Pérez Vivas, exgobernador del estado Táchira, con larga actuación en la política venezolana; Andrés Velásquez, exgobernador del estado Bolívar, líder sindicalista,  excandidato presidencial; Delsa Solórzano, abogada; Freddy Superlano, representante del gobierno interino de Juan Guaidó; Carlos Prosperi, candidato de AD, su secretario general en el estado Guárico; Andrés Caleca, economista, independiente, exfuncionario de Ferrominera y del CNE de 1999

 

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Desde hace 10 años no se celebraba en Venezuela un evento de esta naturaleza. Esta vez ha sido promovido por el sector estudiantil y por 37 organizaciones de la sociedad civil, lo cual le otorga una gran representatividad y legitimidad en un país en el cual 30% está con la oposición, 10% está con el régimen y 60% de la población no muestra preferencia alguna, es independiente o Ni-Ni, como se quieran llamar y representan el grueso de la sociedad civil venezolana.

 

 

El evento tuvo tres secciones: en la primera se les formularon preguntas a los ocho candidatos de manera aleatoria; en la segunda sección, se les hicieron preguntas concretas a los candidatos. En la tercera sección se le dio un minuto a cada uno para que formulasen su propuesta fundamental.

 

 

Mi evaluación de los participantes

 

A medida que se iba desarrollando el evento establecí un sistema de puntuación para cada candidato y para la calidad de sus respuestas a las preguntas que se iban formulando. Le asignaba de cero a tres puntos dependiendo de mi impresión sobre la calidad de sus respuestas. Este es, por supuesto, un ejercicio altamente subjetivo. Mis resultados fueron así:

 

 

Andrés Velásquez

3, 2, 2, 1.5, 2.5, 3 para un promedio de 2.3

 

 

Carlos Prosperi

1.5, 2, 1, 1.5, 0.5, 1 para un promedio de 1.3

 

 

Freddy Superlano

0.5, 1.5, 1.5, 1.5, 3, 1.5 para un promedio de 1.6

 

 

María Corina Machado

2, 3, 3, 3, 3, 2.5   para un promedio de 2.8

 

 

Delsa Solórzano

2, 2, 1, 2, 2.5, 3 para un promedio de 2.0

 

 

Andrés Caleca

2, 2, 2.5, 2.5, 3, 3 para un promedio de 2.5

 

 

Tamara Adrián

2, 1, 2, 1.5, 1.5, 1.5 para un promedio de 1.6

 

 

César Pérez Vivas

2, 2, 2, 2.5, 2.5, 2 para un promedio de 2.1

 

 

Ranking

 

Con base en esas evaluaciones la posición de los participantes quedaría así:

 

 

María Corina Machado

Andrés Caleca

Andrés Velásquez

César Pérez Vivas

Delsa Solórzano

Freddy Superlano

Tamara Adrián

Carlos Prosperi

 

 

Esta evaluación “cuantitativa” puede ser complementada por mi impresión de la persona en su totalidad, de cómo se condujo, de la confianza que fue capaz de generar en sus opiniones y promesas. En este sentido, puedo decir:

 

 

María Corina Machado lució muy segura de sí misma, con ideas muy claras y expresadas de manera coherente. Es una líder de gran vigor y convicción. Proyecta, por momentos, una actitud un tanto agresiva que no es necesaria.

 

 

Andrés Caleca ha madurado mucho desde que lo recuerdo como funcionario del CNE y de la CVG, en la década de 1990. Sonó muy claro en sus opiniones, con una actitud de líder civilizado muy positiva.

 

 

Andrés Velásquez, al igual de Caleca, sonó muy claro, bien articuladas sus opiniones, muy consecuente con su postura de claro rechazo a toda componenda con el régimen. El Andrés Velásquez modelo 2023 es uno de los mejores que he visto, ciertamente más sensato que el modelo 1994, cuando era gobernador de Bolívar.

 

 

César Pérez Vivas emite claras señales de honestidad e integridad y sus ideas están claramente expresadas. Por su acento y estilo nos recuerda a CAP, aunque no tiene su mismo carisma.

 

 

Delsa Solórzano. La escuché y vi por primera vez y me dio la impresión de estar aún “pintona”. Su vehemencia le hace perder gravitas. Tendré que seguirla viendo a fin de corroborar o modificar esta primera impresión.

 

 

Freddy Superlano. Un líder de nivel regional. Muestra fuerza en sus expresiones. Tuvo gran acierto al pedir el cierre del Helicoide, lo cual mereció un aplauso emocionado.

 

 

Tamara Adrián. Una persona respetable, de una amplia cultura. Muestra una considerable madurez en sus planteamientos y me la imagino a nivel ministerial en los sectores culturales y sociales.

 

 

Carlos Prosperi. Sinceramente no me pareció que este joven líder de AD está al nivel requerido para pretender ser candidato presidencial. Sin embargo, era la primera vez que lo veía y oía y siempre cabe la posibilidad de modificar mi opinión al seguirlo observando.

 

 

En resumen, obtuve la impresión de que Machado, Caleca, Velásquez y Pérez Vivas están en un grupo ligeramente superior al resto de los participantes y muestran excepcional vigor en sus expresiones de rechazo a toda componenda con el régimen. Sus perfiles son de clara oposición e inspiran confianza.

 

 

Este debate fue un bonito evento democrático en una Venezuela que se ha venido a menos en su defensa de la democracia y de la libertad. Fue un rayo de luz en las tinieblas, por lo cual debemos aplaudir a sus promotores y a sus participantes y esperar a que anuncie el preludio de una luz permanente.

 

Gustavo Coronel

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