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Antonio José Monagas: Tribulaciones de la Administración Educacional

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Antonio José Monagas: Tribulaciones de la Administración Educacional

 

Existe una falta de adecuación entre la teoría y la praxis ocupada en discernir razones ante los problemas que afectan los procesos administrativos que acusa todo centro de educación. Ello, indistintamente de la realidad que conjugan las situación-problemas que caracterizan tan complicados escenarios. En cualquier categoría. Sea de educación inicial, básica, diversificada, técnica o universitaria.

Los problemas que derivan del susodicho proceso administrativo educacional, son profundamente exigentes. Y muchas veces, su complejidad no da entrada a improvisaciones. O a consideraciones ambiguas. O sin fundamentos.

Implicaciones conceptuales

Ello no sólo sucede por la naturaleza de sus implicaciones académicas. O por la esencia de los problemas que marcan la pedagogía, la didáctica o la epistemología de las ciencias educativas. Incluso, por causa de inconvenientes de índole político-partidista. O de identidad o expresión de género, de conducta, de discriminación o prejuicios motivados por la edad, rasgos del biotipo y capacidad intelectual del alumno, entre otras contrariedades.

Si bien la diferencia que alude al manejo de criterios y postulados que signan la formación académica de profesores, los mismos consustanciados con las vivencias propias del campo educacional, tal consideración es opuesta a las experiencias demarcadas por las correspondientes realidades, entonces la inquietud que plantea la comprensión de todo ello debió avivar la necesidad de trazar algunos apuntes en la dirección pautada por las complicadas situaciones que padece la administración educacional. Más aún, en la totalidad de los niveles educativos.

 

Más allá de un concepto

De ahí que esta disertación busca abocarse a tratar algunos aprietos que vive el proceso de administración educacional en medio de cualquier realidad. Sea local, regional, nacional e internacional. En principio, vale asegurar un concepto de lo que trata la administración educacional. Podría definirse como “el ámbito funcional responsable de ordenar las realidades sujetas a la intervención de conocimientos con injerencias teórico-metodológicas en el ejercicio administrativo de procesos educacionales. Los mismos, dirigidos a velar por debida interacción entre agentes de la socialización, actores de la docencia y estamentos representativos de recursos posibilitan la enseñanza-aprendizaje ocupada en mejorar la gestión educativa en todas sus manifestaciones”.

De los compromisos que activan la organización educativa, surge la necesidad de discernir la intervención dada entre disciplinas cognitivas e intereses. Especialmente, de intereses que pulsan las necesidades a partir de las cuales dimanan las estructuras y entidades multidimensionales que fungen de razones para jerarquizar la aplicación de medidas de control, supervisión, coordinación, planificación, de adecuación y de participación de aquellas complejidades que saben imprimirle eficiencia, eficacia y excelencia a los factores que hacen factible y aseguran las responsabilidades de la educación.

De la organización

Por eso, la administración escolar debe atender los valores que fundamentan la educación en toda su extensión real. Tanto, como atender y entender los desafíos que enfrenta la organización desde el enfoque que permite el estudio de la incertidumbre. Por cuanto, al aguzar la perspicacia y la suspicacia, el administrador educacional se adueña de la capacidad que la teoría de organización ha de permitirle a fin de justificar las decisiones a tomar con base en los dos escenarios que, con mayor incidencia demandan la atención de la administración educacional.

Bien el que se construye en la organización de los conocimientos que fundamentan la formación académica necesaria del estudiante. Por otra parte, la que se instituye en la organización que compete al plantel directivo, habida cuenta de su responsabilidad en la configuración de la respectiva burocracia institucional.

Porque si bien la organización de conocimientos reclama de modo continuo, principios y reglas que redundan en la representación o interpretación de ideas, teorías y prácticas cónsonas con las disciplinas del saber, asimismo ocurre con la organización de los cuadros de dirección institucional. Particularmente, toda vez que sus decisiones inciden directamente en la concepción pedagógica y didáctica del proceso enseñanza-aprendizaje correspondiente a la organización de los conocimientos que se imparten.

Desavenencias que instigan aprietos

Y como conocidas son las fracturas que afectan las realidades educativas a nivel general, la administración educacional transita por sumos aprietos que dificultan sus objetivos. Es un problema de amplia y difusa naturaleza al cual la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes-Venezuela, enfrenta mediante la formación de profesores preparados como administradores educacionales a nivel de postgrado.

Sin embargo, los esfuerzos de formación y concienciación siguen distando del foco situacional del cual emergen los múltiples problemas que agravan los correspondientes procesos educacionales. Dicho problema, afecta a medio mundo.

Edgar Morin, reconocido filósofo y sociólogo francés, refiere tan cruda situación, manifestando la incidencia de secuelas que, al hacer mella en la educación, inducen una “(…) terrible desunión en la relación naturaleza/cultura, animalidad/humanidad (…)” que sigue desarreglando la esencia de la educación en términos de lo que concierne a los problemas derivados de la carencia o reveses que padece la administración educacional.

En consecuencia

En consecuencia, la administración de la educación, adquiere hoy día una trascendencia capital. Particularmente, por lo que comprometen los propósitos que su gestión contrae ante las competencias que urgen a la adecuación educativa de cara a las nuevas realidades al exigir otras rutas de desarrollo, Expeditas, en el mayor rango de sus trayectorias.

Los problemas de la educación no sólo habrán de reducirse lidiando con los tiempos que emplea la consecución de proyectos y programas. Más, cuando rebosan en la reiteración estéril de conocimientos superados por las realidades. La máquina de la educación debe reemplazar algunos de sus dinamos y rodamientos que traban mecanismos colaterales propios de su funcionamiento.

Y sin duda, la administración educacional está valiéndose de su condición funcional para revertir las secuelas de los distintos ahogos que asfixian la respiración de la educación. Fue esta la razón para considerar como tema de disertación, la necesidad de comentar la causalidad que incita algunas tribulaciones de la Administración Educacional

 

Antonio José Monagas

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