Sin Censura
El inicio de la transición en Venezuela ocurrirá el próximo 6 de diciembre cuando el gobierno sea derrotado en las elecciones parlamentarias, advierte el Secretario General Nacional de Acción Democrática.
Nada de raro que Nicolás hubiese tenido más atenciones en las tiendas exquisitas de la Gran Manzana que en la 70° Asamblea General de la ONU, porque en las tiendas de cualquier parte se reciben atenciones acordes con la capacidad de pago, mientras que en una corporación como la ONU se paga y se cobra en monedas políticas. El hijo quebrado con la caja repleta de facturas impagadas, no fue protagonista en la ONU porque en el terreno de las figuraciones nuestro misérrimo país no pita, a no ser como instrumento de intereses de mayor calibre como los de Cuba frente a los EE.UU. En el ring donde se montan los pesos pesados, los minimosca sólo se asoman a la hora de las barreduras. Para eso están también Evo, Correa, Cristina y demás fanfarrones menores que no cuentan ni para las fotografías. Cuando Maduro hizo uso de la tribuna, la mayoría de los 154 jefes de Estado y de gobierno presentes entendieron que era hora de ir por un refrigerio. Las intervenciones de Ban Ki-Moon, Francisco, Obama, Putin, Raúl Castro, Santos, Hollande y Xi Jinping fueron ampliamente reseñadas por la prensa y atendidas por los comentaristas internacionales por ser las importantes. Lo demás, piche agua de borrajas.
¿Qué dijo Nicolás ? Aparte de un par de desparpajadas colgaduras a Obama por su política frente a Cuba, afirmó que «el mundo necesita otras naciones unidas», abordó «la tragedia humanitaria de Siria”, pidió que se reconocieran «los errores trágicos al invadir y bombardear pueblos hermanos… Libia, Irak, Afganistán..», denunció una «operación tenaza [que] pretende llenar de conflictos la frontera de Colombia y la frontera de Guyana», abogó por la construcción de «un mundo multipolar sin hegemonismos». Total, ni pena ni gloria en su menú de platos recalentados. No sabemos qué tanto pudo haber logrado en los preocupantes temas fronterizos venezolanos, en los que llevamos todas las de perder visto el auge de Juan Manuel Santos y la arrogancia del gobierno guyanés apuntalado portas sanguijuelas del Caricom, Cuba y Brasil que, como dice el refrán popular, «le comieron el dulce al muchacho y le quebraron el plato en la cabeza. Solo se sabe que una comisión de la ONU visitará Venezuela para estudiar la reclamación del Esequibo y que Maduro se reunió con Granqer y el Secretario General de la ONU.
En la ONU también se sabe que Nicolás trabajará el preaviso a partir de lo que ocurrirá en las elecciones parlamentarias del 6D (el verdadero comienzo de la transición), con el triunfo apabullante de la oposición y la derrota estruendosa del régimen chavista. Por eso, los aliados de ayer, ahora previsivos, se vuelven tornadizos y aflojan discretamente los nudos porque, ¡cruel realidad!, nadie se compromete con el que se va sino que construye puentes con el que viene.
Por cierto que con relación a la transición, mucha gente alberga dudas sobre el tino de la dirección opositora para conducir exitosamente el espinoso tránsito. Me viene a la memoria la célebre novela «Almas Muertas» de Nikolai Gogol, en la que el cochero extraviado pregunta a los atónitos pasajeros cuál camino debe tomar, sin percatarse de que por lo general los cocheros saben más que los pasajeros cuál es la ruta correcta y deben generar en ellos no miedos sino confianza. A partir de lo que ocurrirá el 6D, una conducción certera de la mayoría opositora debe comenzar el cambio al que Venezuela aspira para mejorar.
Henry Ramos Allup
@hramosallup