¿Quién manda aquí?

¿Quién manda aquí?

Aquí hay gobierno? No se trata de si hay quien mande sino si existen políticas públicas o esto es un zaperoco, un sinsentido, un «mientras tanto» no sólo para la oposición que así lo ha asumido expresamente, sino para los propios jerarcas del régimen quienes al parecer están más preocupados en mantener sus cuotas de poder que en poner el orden que se requiere. Mucha bomba y poco chicle, pues. Muchos anuncios, campañas propagandísticas, reuniones delante de las cámaras de televisión para hacer «como si» en verdad se estuvieran tomando decisiones trascendentes, pero a la hora de la verdad todo queda en punto suspensivo. A través de las cadenas de radio y TV (que aún no han cesado) se adelantan misiones con nombres fastuosos o rimbombantes como la misión «A toda vida Venezuela» o la «Venezuela Segura» (por citar algunas) y al cabo de unos días de presencia militar las calles vuelven a estar tan vacías como siempre. Es la historia de la desidia, del «sin gobierno».

 

La clave de lo que está sucediendo me la dio un niño de diez años, para dar más señas mi príncipe más pequeño, quien en días pasados me lanzó la siguiente sentencia: «mamá, aquí pareciera que no hubiera Presidente». ¿Y por qué dices eso mi amor?, le pregunté extrañada porque a decir verdad su papá y yo hemos procurado que la política no contamine su mundo en el que la máxima preocupación es ganar el partido de básquet del día siguiente, pero su respuesta por lo sencilla, fue más sabia aún. «Es que Maduro no es como Chávez. Él sí se sentía». Allí está el detalle. No es que el difunto presidente lo hubiera hecho muy bien, todo lo contrario, esos 14 años de locuras nos trajeron a esta realidad de desabastecimiento, inflación, inseguridad y pérdida de libertades, pero nadie puede negar que el líder mandaba parejo.

 

¿Quién manda aquí? Es muy duro pensar como venezolanos que este sea un régimen «teledirigido» desde Cuba, pero llama poderosamente la atención cómo por cualquier circunstancia y excusa los jefes de la Revolución pegan el «saltico» a la isla no sabemos si para recibir instrucciones o porque quieren tomar Mojito. Sin embargo, en materia suministro de alimentos pareciera que vamos rumbo al «mar de la felicidad» con pruebas piloto de la cartilla de racionamiento en su versión digital.

 

El heredero, el «hijo dilecto» ha sido arropado por las distintas crisis que afectan al país y las frases manidas con los epítetos fastidiosos de fascistas, imperialistas y un largo etcétera son como los «sonidos del silencio». No hay gobierno y hasta los niños se dan cuenta: gobernar no es insultar, amenazar ni reprimir. Es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Con 6 por ciento de incremento en la inflación en sólo un mes, ustedes dirán.

 

Por María Isabel Párraga

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