Ahora que el gobierno ha reconocido su existencia
Si ha habido algún avance en los últimos discursos del Presidente Maduro, podríamos decir que el único es que ya se habla de «crisis», lo que implica por lo menos el reconocimiento de una situación que los venezolanos venimos viviendo desde hace dos años. Lo dramático es que en el resto del discurso se diga tanto para no decir nada.
La política económica del Presidente Chávez tuvo sus errores de diseño y ejecución, entre alguno de ellos: el fracaso en la industrialización del país, la profundización del rentismo petrolero, el muy débil ataque contra la corrupción, etc., pero lo que tuvo muy clara fue que la prioridad de la economía era la gente y no el capital, que debía democratizarse el capital, y debían socializarse los medios de producción, en pocas palabras, Chávez tenía el objetivo claro, sin embargo erro en la aplicación de algunas de sus herramientas, pero nunca erró de tal manera que el país se pusiese en riesgo de una crisis de la magnitud que hoy vivimos.
Hoy, el gobierno del Presidente Maduro, con base en anuncios sobre cosas que algún día anunciará, tiene más de un año postergando la toma de una serie de medidas, que tiene al borde del colapso a nuestro país. Esto es un error estimulado por un equipo de gobierno negligente, que no es capaz de formular una propuesta de salida de la crisis, sin traicionar el legado de Chávez.
Aunque cuestiono la política del presidente Maduro desde que empezó su campaña presidencial (por la falta de orientación en el centro real de la política venezolana), no por ello dejé de votar por él y hoy aspiro que el presidente que elegí rectifique la orientación de su gobierno, ya que en este momento no existe ninguna otra opción que me permita pensar que por lo menos se desea continuar con el legado del Presidente Chávez en sus cosas buenas sin caer en la tentación de un gobierno neoliberal, como tantos que han fracaso en el mundo porque priorizan el capital sobre la gente, sino, pregúntenle al pueblo español o al griego, por no decir el argentino, el brasileño, e incluso nuestro pueblo y las políticas de los gobiernos de los 80 y 90. Sin embargo mantengo la esperanza de que una opción chavista, con un plan claro para continuar lo bueno del legado del Presidente Chávez, emerja, tal como creo que ya está pasando.
Pero mientras esto último pasa, y se desarrolla una sustitución de liderazgos que permita cambios políticos profundos, el compromiso de presentar al país una serie de propuestas de salida de la crisis para la discusión creo que es una tarea fundamental.
En este sentido, me permito tomar algunas propuestas ya formuladas por Marea Socialista, tanto en sus escritos como en la más reciente Conferencia Nacional de dicha organización, donde se platearon propuestas al país, e incorporo otras que creo, serán elementos de discusión en un muy corto plazo para ser presentadas al país en un plan para salir de crisis.
1. Unificación cambiaria con anclaje del salario al precio del dólar. Hoy el cálculo del salario mínimo está estimado con base en la tasa cambiaria más baja (6,30 Bs x $), dando así aproximadamente un aparente sueldo mínimo de 750 $. Sabemos que esta no es la realidad, por lo que si se da una unificación cambiaria, se crea una moneda convertible, o se implementa una sistema dual, el salario debe pasar a ser calculado con base en la tasa oficial única o en la tasa más alta, para así garantizar que la medida no termine haciendo pagar al pueblo la crisis, el desfalco a la nación y la escasez de divisas.
2. Protección de la producción nacional y subsidio pertinente. No podremos salir de una crisis de dependencia de las divisas que se generan por la renta petrolera si nuestra producción nacional no es protegida para estimular su crecimiento. Esto implica entre otras cosas el justo reconocimiento del poco sector productivo privado que queda en el país, facilitando así el acceso inmediato a la materia prima para la producción, pero además también implica el estímulo del control obrero democrático y sin interferencia burocrática en la empresas del Estado, con base en un plan de reactivación productiva y estímulo a las empresas de producción y propiedad social. Para ello, después de garantizar la materia prima y la reactivación a plenitud de las plantas productoras, deberá desestimularse la importación de productos que se producen nacionalmente hasta garantizar el pleno abastecimiento con productos nacionales donde tengamos la potencialidad de producirlos, en una articulación entre el sector privado, el estadal y las EPS, con énfasis en el fortalecimiento de las EPS como alternativa ante el capitalismo.
3. Lucha contra el burocratismo privatizador y transformación de la Administración Pública Nacional. La estrategia de un sector de la burocracia, en desacuerdo con el desarrollo del socialismo, ha profundizado la mediocridad y la ineficiencia en espacios claves de la administración pública de las empresas estatales con el fin de estimular y facilitar la privatización inducida de los mismos. La transformación del Estado, generando una reclasificación de cargos y funciones orientadas a hacerlo más ágil y más productivas a las empresas estatales y por otra parte, iniciar un proceso de formación masiva de los empleados de la administración pública y el establecimiento de una escuela de formación de la administración pública y de un programa de formación obligatorio para todos los funcionarios, permitiría adaptar la actual estructura de la administración pública hacia una transición real al socialismo.
4. Una Reforma tributaria sin impuestos regresivos, donde pague más quien más gana y quien más acumula capital. En la actualidad el impuesto que más aporta al fisco es el IVA en un 42%, el IVA lo pagamos todos igual, el más rico y el más pobre pagan el 12%, esto es inequitativo y va en contra de un sistema tributario que si pretende ser más revolucionario debería obligar a pagar más a quien más gana o acumula.
5. Control estatal y planificación de las importaciones y participación del sector privado en la distribución y venta. Si las divisas las produce el Estado en un 96% de las que genera el país, es lógico que la administre de la mejor manera para garantizar la soberanía nacional. Sin pretensión de fortalecer un Estado omnipotente, que un Estado responsable sea quien importe, y entregue los productos y materias primas que necesita nuestra industria, eliminando así a las empresas importadoras que en general son cómplices del desfalco a la nación, es a estas alturas un deber patrio. Sin embargo esto no puede hacerse sin una planificación conjunta entre el sector público, el sector privado y el comunal que prevea las reales necesidades y demandas de la población, y que no privilegie la importación del «güisqui» a dólares preferenciales antes que la importación de pañales o medicamentos para enfermedades crónicas o endémicas.
6. Cambio de todo el Gabinete de Ministros (sin enroques) para garantizar una renovación de voluntades en los órganos ejecutores. Esta medida más política que económica o de planificación, lo que pretende es:
1. Renovar la confianza del pueblo en su gobierno animando nuevas expectativas,
2. Que el presidente Maduro se dé la oportunidad de escoger a los mejores para un gabinete de nueva etapa, que no traiga ni lastres ni vicios que nos han conducido a la actual situación.
7. Desarrollo de una auditoria pública ciudadana que permita determinar a los responsables del desfalco a la nación para que se castiguen ejemplarizantemente e incautarles sus bienes y cuentas. Sobre este punto Marea Socialista ha desarrollo mucho material que invito a leer a través de www.aporrea.org (Ver Sinfonía de un Desfalco a la Nación: Tocata y fuga… de Capitales).
8. Aumento paulatino de precios de la gasolina en 3 o 4 años hasta llegar al precio de costo.
Estas son algunas propuestas al pueblo venezolano aunque sólo ejecutables por el gobierno, que a título personal toma elementos de las propuestas de Marea Socialista e incorpora otras para el debate sin caer en la trampa neoliberal, sin pretender ser ortodoxo en el manejo de la economía política e invitando a preservar los importantes aportes sociales y políticos del Presidente Chávez.
Nicmer Evans
Artículo publicado originalmente en www.elestimulo.com