El 2024 pareciera anunciarnos que se avecinan grandes cambios en nuestro maltrecho continente.
En el norte de nuestra región un trío de mujeres se disputa el poder en peleas electorales de mucha significación para el destino de la región. En México con certeza habrá una jefa de Estado femenina mientras que en Estados Unidos acaba de surgir una lideresa con dotes para emprender el difícil camino de regresar a su pueblo al centro político.
Nikki Haley ex diputada, ex gobernadora y ex embajadora insurge en el universo electoral con fuerza propia. No se trata, en su caso, de apalancar la protección de un líder poderoso dentro del partido republicano. Haley comenzó a ejercer sus cualidades de liderazgo a los 14 años cuando tuvo la responsabilidad de llevar los asuntos operativo/institucionales del emprendimiento de su madre. Hija de dos universitarios, Haley creció en un ambiente culto. Como primera generación de extranjeros, sus padres crearon el sueño americano para sus hijos: una espléndida educación y un negocio que les permitiera ser libres. Surgió así Exótica, una empresa de costura que produce ropa para las horas de asueto. Y Haley aprendió allí a administrar, ya que primero hacía la contaduría y luego las finanzas. Habiendo crecido en una pequeña ciudad de Carolina del Sur, Haley aprendió además a convivir con la pobreza y a desarrollar fórmulas para combatirla como presidenta de la Cámara de Comercio, como diputada federal y como gobernadora.
Hoy Haley le disputa la candidatura presidencial dentro del partido republicano a Donald Trump. Sus probabilidades de tener éxito son limitadas ya que Trump ha sido presidente y lleva cuatro años creando y aceitando una maquinaria electoral que ha penetrado al partido republicano, amenazando con conquistarlo para siempre. Haley, sin embargo, cuenta con las simpatías del liderazgo centrista del partido republicano y de una mayoría de ciudadanos estadounidenses que, por no ser demócratas ni republicanos, no votan en las primarias partidistas. Pero este sector centrista representa a la mayoría de los electores en EEUU y un 92% rechaza las candidaturas tanto de Donald Trump como de Joe Biden. De movilizarse el centro norteamericano, vía los independientes en New Hampshire, Haley posiblemente pueda coronar no solo la presidencia sino encaminar al país por el sendero de la prudencia y los valores conservadores y libertarios que recientemente han sido vapuleados tanto por Donald Trump como por la administración Biden.
Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez (Cuartoscuro)
En México se enfrentan Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum. Ambas vienen del mundo de la ciencia y la tecnología. Gálvez creó y desarrolló una empresa de servicios tecnológicos de seguridad con aplicaciones de inteligencia artificial que le valió la distinción Líder del Futuro de las Américas por el Foro Económico Mundial. Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena -partido que llevó al poder a Andrés Manuel López Obrador- viene del mundo de las ciencias. Además de ser ingeniera ambientalista, ha escrito dos libros sobre desarrollo sustentable en México y 100 artículos científicos. Acaba de gestionar la ciudad de México con éxito y las encuestas le favorecen. Ambas candidatas son de pensamiento centrista y han creado coaliciones políticas en las universidades, instituciones públicas y empresas en las que han ejercido protagonismo. Sus campañas se han desarrollado en un clima de civismo y movilización ciudadana sin precedentes y pareciera que la posible ventaja de Claudia Sheinbaum no va a desmovilizar a Xóchitl Gálvez . Esto generará una renovación total de la política mexicana que trascenderá a la historia.
Todos estos factores nos llevan a pensar que la región norte de las Américas no podrá escapar a las facultades transformadoras de estas tres damas, quienes vienen a llenar un vacío de liderazgo estrepitoso. Y quizás cumplan la profecía Maya que vaticina un cambio hacia latitudes más amigables cuando las mujeres tomen el mando. Este fue el caso de la reina Yohl Ik’nal.
Por Beatrice Rangel