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Nada es igual

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Nada es igual

La decadencia es evidente y aunque el gobierno a punta de represión «se haga el duro» los días corren en su contra. Ya el país nunca será el mismo que antes del 12F. Fue como CAP después del 4 de febrero. El tiempo que vino después sólo pudo dedicarlo a «sobrevivir». Igual es ahora. No estamos diciendo que Maduro está caído ni mucho menos, pero todo lo que haga de ahora en adelante será, precisamente para eso: aferrarse a un poder cada vez más escurridizo. ¿Estamos en transición? Pues si no lo es se le parece mucho. El largo camino a recorrer entre el chavismo y la democracia plena pasa por este «túnel del horror» plagado de represión, tortura, imposición, ausencia del Estado de Derecho, mucha corrupción, penurias económicas, anarquía y el total apartheid político y ciudadano a ese sector cada vez mayoritario que se atreve a manifestar.

 

Maduro y su cúpula han podido optar por el camino del buen gobierno y tratar que la transición entre Chávez y el postchavismo interpretara el deseo colectivo de un país que clama progreso, seguridad y libertades democráticas. Otro «gallo cantaría» y la opción de postergarse en el poder y ser la fuerza política más importante del país perduraría quién sabe por cuánto tiempo. Sin embargo, el rumbo que tomaron los va a llevar a la «no tan larga» a un «callejón sin salida» porque esta última etapa se recordará como esta deriva autoritaria y represora del madurismo, con la que nadie a futuro se querrá retratar.

 

En la práctica esta cúpula verdaderamente podrida inoculará el antídoto para «el nunca más» de esta forma. Sus seguidores seguramente dirán: «el comandante era único pero con Maduro se equivocó». Chávez para sus adeptos de corazón siempre seguirá en el Olimpo, pero aquí en la tierra los «ejecutores de su herencia» dejarán sólo malos recuerdos. Y es que Chávez ya no vive, sino que son unos «vivos» los que aún quieren seguir aprovechándose de su «supuesto legado» .

 

Estos son los días de la sobrevivencia por dos bandas. Por una parte del gobierno de Maduro quien ante la urgencia económica está optando por una «aparente apertura» medio China buscando alianzas con el empresariado a ver si puede darse el llamado «milagro del rebote» con anaqueles llenos en dos meses, mientras por otra parte, trata de contener el descontento popular a través del torniquete represivo ejercido por las fuerzas del Estado y las ya inocultables bandas de paramilitares.

 

Sí, esto puede llevarnos tiempo pero ni el régimen, ni los ciudadanos volveremos a ser iguales que antes del 12-F. El diálogo -si se da- podrá «parapetear» las cosas y tal vez -si hay todavía algún personero sensato del gobierno- procurar que la transición del chavismo a un todavía «no sabemos qué» no tenga este nauseabundo olor a dictadura que nos está dejando el madurismo…

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por Marìa Isabel Pàrraga

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