En Venezuela hemos llegado a una realidad política, económica, social y moral cuya solución debe ser impostergable y a la cual tenemos que hacerle frente de manera inmediata para no continuar en esta debacle histórica que pone en riesgo la salud pública del venezolano y hasta su propia vida. Aquí se acabaron los cuentos y las mentiras del gobierno nacional, quien en un uso de mitomanía constante, ha pretendido manipular la cruel realidad que hoy enfrentamos, con más de lo mismo y con un modelo económico retrograda y en decadencia que no nos llevará a solventar los grandes problemas que hoy atravesamos.
Este gobierno se ha dedicado a echarle la culpa de nuestros males a todo el mundo, pero han sido incapaces de reconocer la atrocidad cometida en todos los sentidos, especialmente, en el área económica donde por el monstruo de la corrupción y por el desconocimiento de la materia nos han metido en un laboratorio de ensayos y errores constantes que ya no se puede dar el lujo de una equivocación más.
El pasado 6 de diciembre el pueblo venezolano en su mayoría se pronunció por un cambio en la conducción política, económica y social del país, y nos otorgaron a los diputados de la unidad democrática, la gran responsabilidad de encausar todos estos desmanes cometidos por el gobierno de Maduro y que nos traído como consecuencia, sangre, sudor, lágrimas, enfermedad y hambre a nuestro pueblo.
No obstante, la lectura e interpretación de esta paliza electoral por parte del gobierno, ha sido la descalificación política de la unidad, del chantaje y la amenaza hacía un pueblo que se cansó de ser utilizado y del reciclaje de políticas que han fracasado a lo largo de estos 17 años de gobierno. Entonces, ya todos sabemos los resultados de este plan de emergencia económica, o de los 13 motores de reimpulso de la economía venezolana, o de los conucos urbanos. Es decir, no van a resolver los problemas esenciales y estructurales que hoy padecemos y cuyo único responsable es la economía de guerra impuesta por Nicolás Maduro.
Así pues que Maduro, o corres o te encaramas. Tu incapacidad está más que comprobada y si no haz podido con el precio del barril de petróleo en 100 dólares, con todas las leyes habilitantes de las que te haz hecho para hacer y deshacer, con todos los poderes públicos a tu disposición y con cierta fortaleza económica, mucho menos lo vas a lograr en momentos cuando el barril de petróleo está en 20 dólares, la inflación sobre pasa del 270%, el índice de escasez de alimentos ya ronda el 85%, el desabastecimiento de medicinas se ubica en 80% y con un momento de tensión social a punto de estallar, por tanta humillación y tantos controles absurdos para adquirir cualquier producto.
En Venezuela no vamos a salir de este atolladero, si continúa esta actitud a la defensiva de un gobierno quien tiene en la cabeza una persona acomplejada, disociada y renuente a ver la realidad del país. No podemos darnos el lujo de ver como este señor pierde el tiempo en cadenas estériles que no resuelven ni convencen a nadie, porque este pueblo señor Nicolás, tiene hambre y está enfermo, y usted se ha negado reiteradamente a darles una respuesta. Venezuela no requiere un mecías para resolver sus problemas, requiere de la voluntad, del conocimiento, del compromiso y de la decisión de echar este país adelante. Ya es tarde para los arrepentimientos y la toma de decisiones destempladas, porque si manejando la bicoca de 1 billón 500 mil millones de dólares, nos quebraron como nación, nada de lo que hagan solventarán ningún problema.
Aquí no se trata de quítate tu para ponerme yo. No, aquí se trata de cambiar un modelo político, económico y social que nos ha hecho mucho daño, quizá incalculable en el tiempo. Aquí se trata de imponer una política viable, palpable y comprobable, aquí se trata de extirpar el cáncer de la corrupción que ha reinado en el gobierno de Maduro, aquí se trata de acabar con la impunidad, aquí se trata de sincerarnos y ver donde estamos parados, para poder avanzar en niveles de lucha, de trabajo en equipo, aquí se trata de impulsar la inversión pública y privada, aquí se trata de poner a producir esos 4 millones de hectáreas de tierra productivas que se expropiaron sin son ni ton, aquí se trata de abrir las más de 6 mil pequeñas y medianas empresas que también fueron arrebatadas a sus dueños, aquí se trata de cambiar y tengan por seguro, que esta mayoría parlamentaria trabajará en función de lo que más convenga al pueblo venezolano en su conjunto.
Aquí se trata de cambiar y no seguir estancados en esta crisis que cada día nos golpea más. Aquí se trata de enfrentar a gobierno agónico, que tiene pocas horas para que produzca una profunda rectificación o de lo contrario, lamentablemente podrían ocurrir hechos indeseables que en el fondo pareciera ser lo que quisiera este gobierno para huir hacia delante y escaparse de rendir cuentas frente al pueblo del peor desastre jamás vivido. Por todas estas razones, hoy más que nunca, la unidad no solo política sino del pueblo, debe jugar un papel fundamental en la resolución de esta grave tragedia histórica que hoy vivimos. ¡El cambio va!
Ismael García
Diputado Asamblea Nacional por la Unidad Democrática
@ismaelprogreso