Las opciones de Nicolás Maduro

Las opciones de Nicolás Maduro

Mucha gente piensa que a Maduro le hicieron un favor nombrándolo sucesor, pero en realidad la tiene muy difícil ya que sin lugar a dudas enfrentará la adversidad económica y la social, pero más aún la adversidad política. ¿Saben quién fue Alekséi R kov? Pues el presidente de la URSS después de Lenin. Lo que sucedió después, es que comenzaron las luchas faccionalistas de las que Stalin salió vencedor. Pero R kov fue presidente por 6 años y fue tan olvidado, que aún se discute incluso su existencia.

 

Pocos sucesores de grandes revolucionarios sobrevivieron al olvido. Otro ejemplo fue el sucesor de Mao, Hua Goufeng ¿Lo conocen?, ¿verdad que no? Hoy ni los chinos se acuerdan, pues el modelo personalista también dio paso a otro faccionalista (negociación) y Hua Goufeng fue la primera víctima de la sucesión trayendo nada menos que a Deng Xiaoping y sus reformas, como también pasó con Ton Duc Thang el vicepresidente de Ho Chi Minh en Vietnam y su sucesor, que pasó a la historia casi sin glorias, porque como en el caso chino, el problema no era otro que producción y terminó con la gran reforma del Doi Moi (apertura).

 

¿Que pasará con Maduro? Sus principales enemigos no están en la oposición, son el carisma de Chávez y la crisis de producción que dejó como herencia. Por lo que debe cuidarse de lo que le pasó a Hua Goufeng en China, los aliados de la vieja guardia de Mao lo rodearon para seguir en el poder y Goufeng terminó copiando hasta las formas de Mao, aliándose con la facción petrolera por ser la que manejaba el poder económico de la burocracia central y así neutralizar las rivalidades de las facciones militares y opositoras (Shirk 1993, pág. 36).

 

Pero sin la fuerza y el carisma de Mao no pudo sortear la inmensa crisis de producción, que era el verdadero problema de China (y el de Venezuela). Su gobierno terminó siendo más bien una réplica sin el encanto del pasado y él (y su gente) pasaron a la historia como los «fan shi pai» (un eslogan muy popular para llamar a Goufeng, por sus constantes alusiones a Mao (Liu 2005, págs. 55-56) lo que aquí se traduciría como el presidente «Melody»: lo hacemos porque «me lo dijo» Mao.

 

Como su futuro político depende del consenso y su peor enemigo es el modelo creado por su antecesor, que es el gran causante de la crisis de producción, puede sucederle lo que a Ton Duc Thang. No copiar las formas de Chávez, pero exponenciar la locura del «Chávez School of Economics». Ese ideal faraónico de distribución masiva de rentas sin producir ni un tornillo, para sostener el encanto y «el amor del pueblo», marchando directo a la peor crisis económica de nuestra historia.

 

Llegado el momento de esa gran crisis, el miedo lógico es que Maduro ejecute el «Gran Salto Adelante», ese «programa escondido» del que se habla en el submundo chavista, que hará que el socialismo se radicalice, pateando una mesa que ni Chávez pateó y que económicamente llevará a la paralización total. Chávez mantuvo una oposición, una libertad de opinión y su retórica, violenta en líneas generales, no fue descontrolada, permitiéndole contar con una legitimidad internacional. En este caso como en el anterior, el peor enemigo de Maduro no es otro que lo que de él dirá la mayoría de su gente: «con Chávez se vivía mejor» y el riesgo es pasar de un «Héroe Santo» con un «país boyante» (dinero por el boom petrolero) a convertirse en el que aniquiló el «Estado de Bienestar chavista».

 

Pero Maduro tiene también todas las posibilidades de convertirse en un buen líder, si convoca como Lula a un gran diálogo que excluya a los dos pequeños bandos suicidas. Entendiendo como Den Xiaoping que buena parte del modelo económico de su héroe estaba errado y ejecutar su propio modelo productivo, sin abandonar los preceptos que sustentan un pensamiento socialista (Chiang Ching-kuo entendió que debía cambiar el modelo y era nada menos que el de su padre Chiang Kai-shek). Por que la obsesión de Chávez de parecerse a Carlos Andrés, terminó copiando salvajemente su primer gobierno, causando una crisis generalizada de producción. Pero lo vital, es que entienda que el Socialismo del Siglo XXI, no puede estar sostenido por los intereses de Wall Street y la Reserva Federal e internamente sostenido, por una inmensa clase burocrática que procura nada menos que reemplazar al sector productivo privado. Que es donde el nuevo socialismo apunta en su modelo de economía mixta.

 

Lincoln decía: «Si quieres probar el verdadero carácter de un hombre, dadle poder». Hasta hoy nadie conoce a Maduro porque no tuvo poder (ni los suyos), embestido con los poderes presidenciales lo conoceremos. ¿Qué esperar de él? Si se vuelca urgentemente a diversificar nuestra economía será un héroe, si decide continuar con el «Chávez School of Economics», el riesgo no es otro que pasar del Estado de Bienestar chavista aunque sea ficticio, a convertirse en el Mugabe de una nueva Zimbabue latina.

 

tpenalver@me.com

@thayspenalver

www.thayspenalver.com

 

Fuente: EU

Por Thays Peñalver

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