Las cifras y la crisis

Capriles frente al ventajismo

Las cifras y la crisis

La difícil situación que vive Venezuela se refleja claramente en los resultados económicos del primer semestre de este año 2013 en comparación con el primer semestre del año 2012. Según cifras del Banco Central de Venezuela, el crecimiento en el primer semestre del año pasado fue de 5.8 por ciento, mientras que este año disminuyó a un 1,6 por ciento en el primer semestre.

 

La inflación, que durante el primer semestre del año pasado llegó al 22,5 por ciento, durante este año en el mismo tiempo se elevó al 34,8 por ciento. Siendo nuestro país exportador de petróleo, ha sido tradicional un superávit en la cuenta corriente de nuestra balanza de pagos, pero mientras en los primeros seis meses de 2012 llegó a nueve mil 356 millones de dólares, en el primer semestre de este año disminuyó a tres mil 319 millones de dólares, lo cual refleja también la destrucción de la producción nacional y de las fuentes de empleos estables, al convertirnos en un país cada día más dependiente de las importaciones, por lo cual marchamos hacia la extinción de las exportaciones no petroleras. En este primer semestre caímos por debajo de los niveles de 1997 cuando Venezuela llegó a exportaciones no petroleras por dos mil 735 millones de dólares, y en el mismo tiempo de 2013 apenas llegamos a mil 682 millones de dólares.

 

En relación a las reservas internacionales al final de diciembre de 2012, al cierre de junio de 2013 disminuyeron en cuatro mil 86 millones de dólares. Todo lo cual explica la escasez de divisas, el alto costo de la vida, y la escasez de alimentos y de bienes esenciales. En resumen, el primer semestre de 2013 culmina con una economía estancada, con alto costo de la vida y escasez, pérdida de reservas internacionales y con una inflación que crece todos los días.

 

Al cuadro económico se le agrega la situación social, caracterizada por la falta de viviendas para los sectores populares, la crisis en los hospitales y la inseguridad personal que enluta todos los días a miles de familias y atemoriza al resto de la población.

 

La incertidumbre y la desesperanza crecen cuando al cuadro anterior se le suma la comprobación de que los diferentes poderes públicos están secuestrados por el partido oficial, y por tanto les impide actuar con la autonomía necesaria para ser eficientes en el cumplimiento de su misión constitucional.

 

Por Omar Barboza

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