En la Venezuela de hoy existen muchas razones para protestar, las cuales se han visto potenciadas por la represión desproporcionada y violatoria de los derechos humanos con las que ha respondido el Gobierno nacional a las expresiones de descontento ciudadano, en muchos casos las fuerzas militares y policiales han actuado en alianza con colectivos armados y delincuentes comunes para agredir a los manifestantes, y a personas que nada han tenido que ver con las protestas. Convirtiéndose esa conducta represiva en un motivo adicional importante para seguir protestando.
Quienes luchamos por un cambio político a través de la vía democrática no proponemos ni apoyamos las acciones violentas en la cual incurren por excepción algunas personas que participan en las manifestaciones. Creemos que se debe protestar con firmeza pacíficamente, pero condenamos ante la opinión nacional e internacional la represión desproporcionada con la cual se han asesinado manifestantes, herido otros y torturados a muchos, más con ánimo de persecución política que en cumplimiento de su deber de resguardar el orden público y la seguridad de los ciudadanos.
Mientras tanto, cada día surgen nuevas razones para seguir protestando, además del irrespeto a la voluntad popular utilizando el Poder Judicial como instrumento de persecución política, como en los casos de los alcaldes Ceballos y Scarano, y de María Corina Machado, cada vez más queda claro que el Gobierno nacional y su partido han colonizado todos los poderes públicos, y que los ciudadanos comunes que no comulguen con el oficialismo no tienen manera de hacer valer sus derechos ante los órganos del Estado, y a ello se le agrega con mucha fuerza los efectos de la crisis económica para aquellos que pertenecen a los sectores populares de nuestro país. Para febrero de este año, de acuerdo con el Banco Central de Venezuela (BCV), llegamos a una inflación anualizada de 57,8%, mientras que el último aumento del salario mínimo fue apenas de un 10%, y de acuerdo con el mismo BCV, la escasez en enero pasado llegó a un 28%, lo cual hace que las amas de casa tengan que ir a muchos sitios para conseguir algunos alimentos de cualquier marca o algunas medicinas.
La protesta social seguirá en la calle hasta que se rectifique o se produzca un cambio político en este país.
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Por Omar Barboza