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La murga de Panamá

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La murga de Panamá

 

Sin Censura

 

 

Ramos Allup está convencido de que viviremos momentos difíciles a partir del instante en que la Oposición gane las elecciones parlamentarias y el día en que el Régimen abandone el poder.

 

La reciente VII Cumbre de las Américas da para todos los gustos y comentarios, desde los que consideramos que los grandes protagonistas fueron Barack Obama y Raúl Castro y que todo lo demás fue de menor importancia, hasta los voceros gubernamentales venezolanos que afirman que Maduro se la comió, que su discurso no escuchado por Obama fue sensacional, que la diplomacia criolla obtuvo un triunfo sin precedentes al lograr la solidaridad de todos (menos de EE. UU. y Canadá) frente al decreto que nos considera peligrosos, cuyo texto ya había sido aclarado con una corrección displicente hecha al desgaire por la propia vocería norteamericana. Temas como los 10 millones y tanto de firmas certificadas «express «por el CNE que Maduro dejó en Caracas, el meduloso documento de los 23 expresidentes en solidaridad con los presos y exiliados políticos venezolanos y las trompadas entre castristas y anticastristas, quedaron como agua de borrajas, incidentes anecdóticos citados si acaso en tono menor por la prensa internacional.

 

Hago estos comentarios cuando el Gobierno continúa con su discurso distraccionista afanado en sacarle el jugo al bagazo de la cumbre y las cosas en Venezuela siguen de peor a pésimo: el desabastecimiento, el costo de la vida, la inseguridad y todo lo demás que la gente padece todos los días en el estómago y el bolsillo. Que ante esta obviedad factores opositores no yerren sustituyendo la tragedia cotidiana que es lo único que le interesa a la gente, con terquedades de retórica política que entusiasman sólo a los pocos que las proponen y hacen el servicio de poner el balón en el terreno que conviene al Gobierno.

 

En lo que al suscrito respecta, creo firmemente en lo que le dije al embajador Thomas Shannon en la reunión que con él sostuvimos el pasado jueves 9 los representantes de la MUD: los días más difíciles están por venir y son los que transcurrirán entre nuestro triunfo en las parlamentarias y la fecha en que este Gobierno cesará en sus funciones por alguna de las causas establecidas en la Constitución. De aquí hasta allá y luego en ese tramo, de nada valdrán las gestiones o mediaciones internacionales; internamente aumentarán las presiones, represiones, persecuciones y abusos institucionales (incluso electorales) puestos todos al servicio de la agonía del régimen para evitar o mitigar los efectos de su caída porque es mucho lo que teme y mucho el poder político y económico atesorado en esos 16 años de abusos que se halla en peligro de perder.

 

Para ilación de estas notas, tomo un par de reflexiones de Poleo en su «Corto y Profundo» que por alguna instintiva razón me llamaron especialmente la atención. El 11-4-15 («Carmona el inocente») escribió: «… omite que él actuó por mandato del más poderoso sector de la derecha económica, que intentó dar un golpe de mano dentro de un proceso de cambio pacífico cuyos pasos fundamentales ya estaban dados […]. La política, despiadado arte sutil que combina habilidad y fuerza, no honra vocaciones tardías ni dedicaciones a tiempo parcial, ni es para expertos de tribuna. «Al día siguiente («Qué vergüenza»), abundó: «Si uno considera que por el otro lado hay opositores que han ido a Washington a buscar solución a nuestras cuitas y montan fiesta cada vez que Obama mete su cuchara en Venezuela, tenemos que aceptar que a los venezolanos la dignidad se nos cayó en algún lugar del camino emprendido en 1811».

 

 

@hramosallup

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