La seguridad ciudadana a lo largo de los últimos 40 años en América Latina ha ido cambiando drásticamente su concepto y su enfoque con el fin de ir logrando garantizar en el ejercicio del monopolio de las armas el respeto a los derechos humanos. Fueron múltiples los ejemplos en América Latina y en Venezuela sobre las consecuencias irremediables del efecto militar en labores de seguridad ciudadana, entre ellas múltiples violaciones a los derechos humanos, incontables excesos en el ejercicio de la seguridad pública.
Nuestra Constitución en su ar- tículo 332 y nuestro ordenamiento jurídico subyacente a la Carta Magna habla claramente del carácter civil que deben tener nuestros cuerpos de seguridad ciudadana y de la concurrencia de competencias entre los distintos niveles de gobierno para garantizar la seguridad de los venezolanos. Es inaceptable pensar desde quienes apostamos a la legalidad, permitamos que nuestras policías municipales puedan ser dirigidas o direccionadas por la filosofía militar. Yo respeto profundamente al cuerpo profesional militar, pero ellos han sido adiestrados y formados para la batalla, para la confrontación y para garantizar la soberanía de la nación, lo cual los coloca en un puesto importante clave para la defensa del país, y en esa área es que debemos emplearlos con éxito.
Debemos construir policías estrictamente civiles que permitan garantizar los derechos humanos y que entiendan la dinámica de la ciudadanía; las policías municipales son policías preventivas no represivas, y precisamente hacia la construcción de un binomio entre policía y ciudadano es donde debemos apuntar. Desde El Hatillo construiremos con civiles esa visión de municipio seguro que tanto necesitamos.
Concejal El Hatillo Voluntad Popular
@ebattistini
Por Eduardo Battistini