El pasado martes Nicolás Maduro, en ejercicio de la Presidencia de la República, compareció ante la AN para solicitar una ley habilitante con el fin de combatir la corrupción y para implantar un nuevo modelo económico.
Llamó mucho la atención el hecho de que en la lectura de su discurso por unas tres horas no hizo mención a los problemas principales que afectan a la calidad de vida del pueblo venezolano y se trató de eludir la responsabilidad fundamental que tiene el Gobierno en la crisis que sufrimos, rebuscando argumentos para tratar de responsabilizar a sectores económicos del país y a la oposición democrática de los fracasos del actual régimen en materia económica y tantos otros aspectos. Olvidando que los actuales representantes más importantes de lo que él llama la burguesía es la conocida como boliburguesía alimentada por la corrupción durante este gobierno.
Pretende el Presidente en ejercicio engañar al pueblo venezolano haciéndole creer que ellos, que han gobernado durante 14 años, manejando los ingresos de la bonanza petrolera más extensa que ha tenido Venezuela, con el control de todos los poderes públicos, no son los responsables del desastre al cual han conducido al país, que han destruido la producción nacional, que han despilfarrado los miles de millones de dólares que le han ingresado por el petróleo, especialmente por la manera corrupta como los han manejado, y después de todo eso, quieren responsabilizar a sectores económicos que no les son incondicionales, o a la oposición democrática, de los sufrimientos que actualmente padece nuestro pueblo como consecuencia de las malas políticas económicas de este gobierno y de la impunidad frente a la corrupción.
El Presidente en ejercicio no necesita más poderes, porque los tiene todos para combatir la corrupción y rectificar el rumbo económico, lo que le hace falta y lo está demostrando es voluntad política para ejercer las atribuciones que tiene para cumplir con el pueblo y servirle al país. En consecuencia, no se justifica la habilitante que está solicitando.
Por Omar Barboza