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¿”Feliz” año 2015?

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¿”Feliz” año 2015?

“Hoy mi deber era cantarle a la patria
alzar la bandera, sumarme a la plaza.
Y creo que acaso al fin lo he logrado
Soñando tu abrazo, volando a tu lado”.
Silvio Rodríguez

 

Ni cansados ni perdidos

 

Mi 2014 fue el mismo que el tuyo, por eso lo narro en una primera persona que eres tú, que soy yo, que somos todos: que es Venezuela.

 

Fue un año severo, rudísimo, desgarrador y atiborrado de heridas, lo único pertinente para mí es decir que terminamos de pie: ni cansados ni perdidos. Armados, eso sí, de una furia ética -y nacional- cada día creciente, ardiendo nuestro corazón de orgullo patrio (¿desde hace cuánto tiempo no sentíamos la bella palabra “Venezuela” latir en nosotros en cada aliento?), con la mirada afilada y fija puesta en un futuro de libertad cada día más visible: ahí está -la libertad- la vemos, está cerca, nos convoca, quiere abrazarnos, hay que seguir bregando, hay que seguir luchando, no te canses, depende de ti, depende de mí, depende de nosotros.

 

Sigue, estamos cerca.

 

¿Paz sin libertad?

 

En mi caso -permítanme la primera persona que somos todos- en el 2014 el régimen y su organismo de “seguridad nacional” (Sebin) asesinó a gente de mi círculo más íntimo, encarceló y torturó amigos y compañeros de lucha, disparó en la frente del futuro del país (sus estudiantes), sodomizó la moral ciudadana y desmembró -con su disparatada dictadura fallida- la dignidad de la patria de Miranda, de Sucre y de Bolívar.

 

Mi voz -mis artículos que son escritos por ti, por nosotros a coro- está bordada sobre dolores, quejidos, llantos y agonías que jamás imaginé que nos tocaría vivir. En ese sentido, no soy -no somos- otro opinador más que se expresa desde la comodidad ni soy -ni somos- cheerleaders (animadoras) desde una tribuna (como otros), soy -como tú- un herido que sigue luchando, que no se cansa, que entiende que tanto sufrimiento y dolor nos ha acercado a la meta.

 

Por ello mis recursos (todos), mis facultades (todas), mis esfuerzos (todos) están al servicio de la libertad, enfocados ene ella. No cesaré, no cesaremos hasta lograrla. Falta poco.

 

Entiendo las penas propias y ajenas que ha causado esta lucha, me disculpo desde lo más hondo de mi ser con aquellos que han sufrido más que uno, porque seguramente ellos han sido más decididos y briosos que nosotros, pero la mejor compensación a su dolor y sufrimiento es seguir hasta lograr la liberación de Venezuela de la peste chavista y persistir hasta sanarla y reinventarla hacia un país más humano y libre, más próspero y justo.

 

Sí, seguir y persistir para que las generaciones futuras no se lamenten, duelan ni sufran más nunca lo que nosotros hemos sufrido todos estos años y el 2014 en especial.

 

Paz sin libertad es esclavitud y Venezuela no es ni será jamás una nación esclava. Nuestro alzamiento moral y político es la única posibilidad cierta que tienen nuestros hijos de no ser súbditos de un disparate.
¡Alcémonos!

 

2014: la herida imborrable y la libertad

 

El 2014 hilvanó una herida en nuestro espíritu que no borrará jamás.

 

Estamos heridos, es cierto, muy heridos, pero no muertos. Y mientras nuestro aliento sea capaz de empañar una lámina de vidrio tendremos fuerzas suficientes para luchar y alcanzar esa bella cumbre espiritual que es la libertad.

 

La libertad, es decir, la posibilidad de “escoger” y “alcanzar” nuestros sueños de ser, de hacer y de tener, sin que el régimen nos imponga su escogencia (¿“patria socialista o muerte” es de hombres libres?), ni nos impida alcanzar nuestros anhelos, persiguiéndonos, encarcelándonos o asesinándonos.

 

Entendí -entendimos-, como nunca, la envergadura a veces lacerante, otras gratificante, siempre muy vivida y sentida de tener un sueño de libertad antagónico a la dictadura y luchar por alcanzarlo: la muerte que conlleva, la prisión, la persecución, el hostigamiento, el camposanto y sus lágrimas…, sus lágrimas.

 

Sin embargo, estamos de pie, con las botas puestas, desempolvándonos el dolor, secando nuestros lamentos, afilada más que nunca nuestra conciencia crítica y preparándonos para el “milagro venezolano” como -sublime- señala María Corina (cómo admiro a esa formidable mujer venezolana, por aquí la saludo y abrazo su fortaleza: ella es precursora de la Venezuela que nace).

 

La herida imborrable que imprimió el 2014 en el espíritu de la nación nos despertó y nos hizo comprender que la libertad no es una invocación romántica o un simple cliché político, no, la herida imborrable del 2014 convirtió a la libertad en un sentimiento, una razón, una causa que, pese a las heridas, enalteceremos con nuestros actos.

 

No hay duda: lo lograremos, falta poco, muy poco.

 

Hay que seguir.

 

¿”Feliz” año 2015?

 

No sé si será “feliz” el año 2015, sé que será rudo e intenso, sé que el sufrimiento crecerá y sé también que muchos lamentos invadirán nuestra voz. Pero también sé que si no encaramos, si no luchamos, si no nos movilizamos y protestamos será aún peor, seremos los esclavos bufos de una autocracia disparatada.

 

Hay que luchar en todos los escenarios noviolentos. Toda gran nación lo ha hecho, se ha fundado bajo circunstancias penosas y adversas, el sueño de libertad de sus mejores mujeres y hombres, de sus próceres, se ha impuesto.

 

Y la mejor Venezuela en el siglo XXI eres tú, soy yo, es el artista y el empresario, la trabajadora y el ganadero, la madre y el padre, es la hija y el hijo, la hermana y el primo, es el chofer y el panadero, el pescador y la que siembra, Venezuela es el compositor y la pianista, el hombre honesto y la mujer decente, el trabajador y la maestra, el intelectual y el carpintero, somos nosotros que no nos rendimos ante el disparate dictatorial de Maduro ni le hincamos la rodilla a la perversidad y corrupción chavistas.

 

Y somos mayoría. Tenemos un sueño de libertad que sólo nos hará felices si lo imponemos. Dependerá de ti y de mí, de nosotros. Es nuestro tiempo.

 

Todo nacimiento trae consigo su dolor, y este año otra Venezuela nacerá.

 

Esa Venezuela, recuérdalo, asúmelo, muéstrala, está en ti.

 

Esa Venezuela eres tú.

 

Nace…

 

Gustavo Tovar Arroyo

@tovarr

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