En cualquier caso…

En cualquier caso…

Cuando leas este artículo de opinión, si todo ha marchado bien y el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha cumplido con lo prometido de dar los resultados tres horas después del cierre de las mesas, ya sabremos quién estará al frente de los destinos del país en los próximos seis años. Sin embargo, más allá del personaje que resulte favorecido por la voluntad popular estaremos hablando de dos proyectos de país diametralmente opuestos.

 

Si es Maduro…

Si a esta hora el Presidente Electo es Maduro lo que nos espera más o menos es lo mismo, pero peor. Y no lo decimos como un comentario frívolo, llevada por el «guayabo» del escenario de la pérdida sino citando a expertos ligados al proyecto chavista, quienes el jueves pasado plantearon el peligro de un estallido social en los tiempos por venir si no se rectifica el camino y persiste el coctelito de ineficiencia, corrupción y extremo dogmatismo en relación al término «reconciliación nacional», el cual es visto como una mala palabra.

 

Si es Capriles…

Si por el contrario el triunfador a esta hora es Capriles el café sabrá un poquito más dulce y estaremos asistiendo a un escenario en el que la UNIÓN será el norte. La promesa ha sido el progreso, pero vamos a estar claros, esto no es «soplar y hacer botella». Capriles tendrá además en contra la enorme expectativa que generó en su campaña con incrementos de sueldo incluidos. ¿Podrá cumplir con todas estas promesas?

 

De paso, su mandato tendrá todos los poderes públicos en contra y aunque se produzcan reacomodos por parte de algunas individualidades lo que le vendrá es «artillería pesada» para boicotear sus acciones de gobierno y prender el fogoncito.

 

El reto en cualquiera de los dos escenarios es además para todos los venezolanos: romper la extrema polarización que nos mantiene de espaldas. El ejemplo tiene que venir de los propios dirigentes. Gane quien gane tiene que buscar los canales de comunicación con el otro. A partir de ahora deberíamos ser un solo país con sus diferentes matices: el «reconocer» al otro y gobernar para todos. Ese es el reto…

 

Si seguimos de espalda no hay futuro sea quien sea el que gobierne, avanzar así será imposible. Pierda quien pierda estará representando prácticamente a la otra mitad del país.

 

Este tiene que ser el momento de la «vida». Es la «gran deuda» con la Venezuela de estos tiempos. Desmontar el clima de violencia debería ser el norte a partir de hoy independiente de los escenarios, en cualquiera de los casos.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

 

Fuente: EU

Por María Isabel Párraga

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