Un gobierno indolente como el conducido por el presidente Maduro, solo puede mantenerse en el poder por dos razones: 1.- porque lo subestiman, y la realidad es que lo único que sabe hacer bien es preservarse en el poder, y 2.- porque la oposición es sin duda peor que el gobierno.
La MUD hasta ahora lo único que ha demostrado es constancia, pero en cuanto a la conducción política, liderazgo y estrategia, simplemente es mediocre, podríamos decir que merece el gobierno que tiene. Pero la otra realidad es que el desprecio que hoy genera el gobierno concentra toda la atención y expectativa en la única alternativa medible (como consecuencia del sistema electoral), y por ello la MUD es la única tarjeta que hoy capitaliza el descontento.
En política no existen vacíos ni ausencias, el que no está no hace falta aunque lo recuerden, y todos los espacios están copados por quienes están, no hay espacio que espere ser llenado por quien no ocupa el mismo. Esto lo menciono porque la otra realidad es que hoy el espacio que debería dejar la pésima conducción política del PSUV y de la MUD no es llenado por otra forma de organización porque no tiene aún la capacidad de llenar esos espacios, y mientras no pueda, como dice la canción popular de Los Amigos Invisibles: “Esto es lo que hay”.
Sin embargo, esto que expreso no tiene de ninguna manera la intención de generar conformismo, por el contrario, la idea es convocar a una mayor activación de todos esos factores que en suma, aunque fraccionados, representan más del 50% del país, y desde la izquierda, representan la esperanza de que Maduro no acabe con todo el capital político acumulado en los años de gobierno de Chávez, aunque con un saco de errores que, o son enmendados y corregidos, o terminará sepultado cualquier esperanza de un proyecto progresista en el país.
Que del descontento, la rabia e indignación surja una alternativa política que se diferencie de los actuales polos políticos, depende en mucho la posibilidad real de que salgamos de esta crisis que nos agobia a todos los que intentamos vivir de nuestro trabajo, pero solo con un sentido de amplitud, con tolerancia y respeto a las diferencias, además de voluntad política de sumar entre distintos para lograr el acuerdo de puntos mínimos en común, depende el destrabe de esta, la peor crisis de la vida republicana venezolana.
Es por ello que es urgente llenar el vacío que va dejando la MUD, y también el que está dejando el PSUV, pero no por más de lo mismo, sino por una concepción política distinta, que se base en la ética como epicentro estratégico para la superación estructural de la crisis.
Nicmer Evans