No hay que perder de vista el surgimiento de una nueva clase propietaria que surge con fuerza
El heredero, Nicolás Maduro será el último presidente de la era del chavismo, tal como lo hemos conocido en los últimos 14 años.
decir, un designado para conducir los destinos de un país devastado, no sólo económicamente endeudado y con sus industrias en los peores niveles de los últimos 50 años, sino éticamente y con sus instituciones secuestradas y corrompidas por el poder.
La conducta del fungido ha sido más sectaria, radical y represiva que la del original y esto se explica perfectamente cuando hay falta de liderazgo.
Maduro no gobierna solo. Detrás está la cúpula militar beneficiada por el gobierno y otras dos patas que conforman un triunvirato que ha acatado por ahora las órdenes dejadas por Chávez de ir con maduro en esta etapa.
El discurso sigue siendo el mismo. Más controles, más estatismo, más gastos sin inversión y las eternas amenazas de ir contra supuestos especuladores a quienes suelen transferirles los efectos de escasez e inflación que genera el propio gobierno con sus políticas de controles: «vamos a torcerle el brazo al dólar paralelo» dice Maduro, cuando todos sabemos que, ojo, el gobierno tiene acceso a la divisa americana.
Pide ley que regula los precios de los vehículos, pero todos saben han sido las acciones del mismo gobierno las que generaron los elevados precios y la escasez de automóviles. En fin todo lo que regula el gobierno sube o desaparece.
Quienes conocen al personaje se sorprenden por su lenguaje soez, no tanto por su escasa cultura, sino por la agresividad que muestra.
Ello tiene que ver con el hecho de tener que tomar decisiones sin la venia de Hugo Chávez, mantener cohesionado al electorado y a las cúpulas beneficiadas. Por lo que lo sensato es continuar la línea radical sin diálogo ni consensos.
De ser legitimado este sucesor es evidente que se abrirán nuevos escenarios. Cada grupo del triunvirato reclamará su espacio en el que habrán de mantener los privilegios de la familia Chávez: ¿Quién vivirá en La Casona? Ello dará luces sobre el reacomodo en el poder.
Tampoco hay que perder de vista el surgimiento de una nueva clase propietaria que surge con fuerza en el entorno del chavismo. Dos de las patas del triunvirato tienen injerencia en ese sector que está comprando empresas y especialmente medios de comunicación en todo el país.
Pero lo importante es señalar que estos grupos financieros se han beneficiado de los controles del gobierno, del centralismo y de la falta de supervisión legal desde los poderes públicos. A varios de ellos Hugo Chávez les quitó los bancos y los puso en la cárcel para evitar que se fortalecieran. Hoy renacen calladamente tras figuras públicas insospechadas.
Francisco Olivares
Twitter: @folivares10