El delito de opinar

El delito de opinar

 

Para regímenes como el que padecemos en Venezuela, o en Nicaragua, Cuba, Corea del Norte y Rusia, la protesta de los ciudadanos es reputada como una violación de los códigos que imponen esas tiranías para controlar a las sociedades y de esa manera conculcarle sus derechos políticos, civiles, económicos y sobre todo, sus derechos humanos.

 

 

En todos esos países citados anteriormente las cárceles están repletas de presos políticos a los que se les factura “el delito de opinar”. Una prueba palmaria de todo cuando afirmo es que el tirano nicaragüense, Daniel Ortega, expulsó de su patria a más de doscientos perseguidos que purgaban prisión en ese país centroamericano, por el simple hecho de defender sus valores, sus principios y los derechos de todos los ciudadanos de Nicaragua.

 

 

En Cuba continua la explotación de miles de mujeres y de hombres a los que la tiranía castrista exprime enviándolos a cumplir “misiones especiales” a los países gobernados por sus socios del Foro de Sao Paulo, trabajos que son muy bien remunerados en dólares, lo que le garantiza a la cúpula dictatorial de Cuba hacerse con ingentes recursos que le arrebatan a esos miles de seres humanos victimas de semejante “trata de personas”.

 

 

En Corea del Norte, en donde a la gente la apresan si se les ocurre llevar una biblia o tenerla en casa; también van presos a los que cometan el delito de atreverse a disfrutar de una película. Otra medida absurda es esa que castiga al que se atreva a tener algún sarcasmo sobre algún líder de ese régimen tiránico. No está permitido conducir un automóvil, ni ver tv, ni consumir bebidas o alimentos importados, se deben conformar con ingerir solo arroz y fideos. Un venezolano, el poeta Ali Lameda, escarmentó en cabeza propia todos esos vejámenes, recluido por más de siete años en un campo de concentración habilitado por esa satrapía. Había ido a Corea del Norte a trabajar como interprete. Pero un día compartiendo un banquete en honor a los empleados del departamento, le provocó contar algunos chistes alusivos a Kim II-sun, eso le costó esa prolongada prisión de la que pudo salir, después de haber sido brutalmente torturado, el año 1974; gracias a las gestiones del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, quien condicionó el voto de Venezuela para que Corea del Norte se uniera a la ONU, a cambio de la inmediata libertad del ciudadano venezolano.

Artículos Destacados00:0600:24 Pedro Pablo Peñaloza: Canje desobrinos Flores justicia novendrá afueraEn Venezuela ya sabemos con lujo de detalles como operan los esbirros del régimen madurista. No se detienen ante nada. Son intolerantes, hipersensibles a las criticas y sanguinarios a la hora de aplicar reprimendas o venganzas. Persiguen a los periodistas que se atrevan a realizar trabajos de investigación para denunciar las corruptelas del régimen, el mas reciente caso, lo encarna la periodista Carola Briceño que se vió forzada a huir a Colombia en donde también es perseguida por la dictadura madurista.

 

 

Igual sucede a los educadores que han salido otra vez, a protestar por los bajos salarios, por el cerco político que aplica el régimen pretendiendo introducir textos sesgados a las escuelas, adoctrinando a los alumnos y obligando a los maestros a que se sumen a sus “eventos revolucionarios”. Esas manifestaciones les acarrean persecuciones y amenazas de ser sustituidos por activistas del PSUV, a menos que acepten un mugroso bono que no alcanza para sobrevivir y que se queden quietos en sus casas, sin protestar ni quejarse de nada.

 

 

Pero la respuesta ha sido clara y tajante: los educadores no se rendirán jamás!

 

Mitzy Capriles de Ledezma

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